Capitulo 14

43 4 0
                                    

Carlos

Entre a casa quitándome la corbata, sonriendo, quién diría que ahora ella me tenía en sus manos, había pasado de ser un temible depredador a solo un cachorro buscando caricias de esas manos tan pequeñas. Me lancé en el sillón con la camisa a medio desabotonar y allí me quedé dormido.

Dormí como hacía décadas que no dormía y hubiera seguido a así de no ser por Erick que me hacía cosquillas con una pluma en los oídos, mi hermanito y sus bromas pensé, para mi sorpresa en vez de enojarme como era costumbre claro ante sus bromas y casi cualquier cosa, me encontré soltando una carcajada y manoteando a quitarle la pluma en el primer intento, eso sí era costumbre pues soy mucho más rápido que él

- ¿Acaso te estás riendo? O estoy alucinando, Nadia, te dije que las ardillas de anoche no servían-

- Pues entonces yo también alucino, debemos estar volviéndonos locos Erick- Nadia se acercó colocando una mano en su frente y con cara de preocupación.

- Ya, basta - me levanté del sofá intentando poner rostro serio, pero por más que lo intentaba mi buen humor sobresalía hasta en el tono de mi voz, en especial a ellos que me conocían tan bien. Sentí la mirada de Erick y Nadia en mi ¿Tan obvio era?

- que pasó que a echo que el "monstruo" este de tan buen humor- me dijo levantando una ceja y Nadia con las manos en la cintura

- bueno pues si tan buenos son conociéndome, pronto lo descubrirán- les dije caminando a gran velocidad para llegar a mi habitación, pero escuché lo que dijo antes de entrar en ella.

-¡¡¡ le agradeceré a Elisa !!!-

Claro que lo sabía, quién más hubiera podido entrar a la mazmorra que era mi corazón, y hacerme reír después de tanto tiempo en oscuridad. Aún más el hecho que pueda sentir esta paz en mi interior que prácticamente desconocía, por primera vez en décadas me sentía vivo.

Elisa

El sol se colaba por las ventas y llegaban a mí, podía sentir el viento fresco de la mañana acariciar mi rostro. Había tenido un hermoso sueño, recordaba mientras aún estaba acostada con los ojos cerrados, era Carlos y yo besándonos a la luz de la luna y de la ciudad, un sueño maravilloso, que tenía miedo abrir los ojos y olvidarlo. Pero el sonido del teléfono me interrumpió e hizo que los abriera, era un mensaje.

"Buenos días bella novia"

Me levanté de golpe con el teléfono en la mano, ¡ah! era un mensaje de Carlos, no había sido un sueño, ¡No había sido un sueño! Él y yo, yo y él, nos habíamos besando! ¡Yo lo había besado! Y ahora era su novia. Que bella era la vida, reí mientras me recargaba en el respaldo para contestar el mensaje, que debía responder...

'' Buenos días... - lo borré

" Hola guapo- lo borré

" Hola novio - lo borré, rayos pero que le ponía

" Buenos días señor humildad ¿Cómo amaneció hoy?"

Escribí recordando la conversación de ayer y pulse enviar, en apenas unos segundos timbro de nuevo.

" Guapo, como era de esperarse"

" Ja-ja-ja que gracioso"

" Digamos que amanecí de buen humor"

Mi Destino... Una elecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora