capitulo 46

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Carlos

Baje del auto con un ramo de rosas azules, siempre era difícil conseguirlas, plantaría todo un jardín para ella pues sabía lo mucho que le encantaban a mi Elisa, había pasado menos de una hora desde que me había ido.

Sentía el pecho oprimido por alguna causa, dudaba que fuera por haber rechazado a Jaqueline, en ese momento no sentí más que alivio...no había encontrado a Jaqueline por ningún lugar y no contestaba el teléfono, intenté una vez más antes de entrar, en su lugar me envió al buzón.

-Jaqueline necesitamos hablar, sé que estas confundida por lo que sucedió, a lo igual que se no lo entenderías aun así quiero hablar... llámame...- colgué

Di dos toques a la puerta y ningún ruido se escuchó más que Bruno, abrí la puerta y el corazón se me aceleró lleno de miedo, justo en la entrada un pequeño charco de sangre me dio la bienvenida, estaba fresca...

-¡Elisa! – grite fuerte sin despegar la vista de la sangre, agudizando mis sentidos; Nadie contesto -¡Elisa!- entre y revise el lugar, no había señal alguna de ella.

Bruno estaba en el suelo respirando lento y dando pequeños aullidos lastimeros

-¿Qué paso muchacho?- me agache a su lado revisándolo mientras la desesperación me consumía – Estarás bien Bruno – era un golpe fuerte pero nada grave.

Me levante del suelo poniendo las manos en mi rostro y caminando desesperado, no había nada fuera de lugar más alla de la sangre, bruno y un vaso roto... Quizás Jaqueline se la había llevado.... Pero ¿Cómo dio con ella? ¿Dónde buscaba? Me cubrí el rostro lleno de frustración, Jaqueline podía ser bastante cruel y seguro la torturaría en venganza...

Mi celular timbro de nuevo antes de salir de la casa a buscarla, contesté sin pensarlo, subí al auto y lo encendí para salir de ahí, la buscaría hasta el fin del mundo.

-Jaqueline te juro que si tu...-

- Híbrido...- el corazón se me heló- Te encontré - una voz ronca y extrañamente conocida resonó al otro lado de la línea, sentí la sangre congelarse. Los cazadores me habían encontrado, justo en este momento, después de tanta huida habían dado conmigo, y si no me habían atacado aún era solo por una cosa, esperaban que yo fuera a ellos, seguro la tenían...

- la tienes - afirmé con voz grave, el corazón se me oprimió más sabiendo a lo que me enfrentaría. Mi más grande temor se había hecho realidad.

- Que perceptivo- su voz estaba vestida de ironía y sarcasmo- sabes perfectamente lo que quiero a cambio - colgó, sin decir ubicación, después de perseguirme un siglo, a James y otros dos lo que quería era una dulce tortura, que buscará como el me busco sabiendo que lo haría sin duda, que no escaparía...

Sin pensarlo llame a Erick, necesitaría ayuda, al primer timbre contestó.

- ¿Cómo estás? ¿Qué paso con Elisa? - suspiré debido al nudo que se había formado en mi garganta

- yo ...-

- ¿Volvieron o siguen separados? Carlos si la dañaste yo...- por un momento creí que él sabía lo que estaba pasando, pero no era así, la respiración de Nadia se oía al otro lado de la línea, así como el latido de aquel bebé que venía al mundo, ellos lo habían deseado por mucho tiempo, no podía involucrarlos en esto, alguien saldría herido.

- Estamos bien hermano, tranquilo, Elisa y yo ... Nos reconciliamos... - intenté sonar lo mejor posible.

- Me alegro hermano, son el uno para el otro... Extrañamente- río al finalizar, me sentía mal por mentirle y ocultar los hechos, pero era lo mejor, si en realidad quien me buscaba era un original Erick no tendría oportunidad contra él, bastaría un golpe para acabarlo.

Mi Destino... Una elecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora