Los rayos del sol no llegaron por la mañana, ni acariciaron mi rostro entrando por la ventana como todos los días. Este día era nublado casi oscuro las nubes grises y la neblina rodeaban cada parte, era como si me recordarán a propósito el gris de sus ojos y que ahora el sol se escondía de mí.
El reloj marcaba las siete de la mañana, tenía que ponerme en pie para ir a la universidad, pero mi cuerpo no daba para eso, se sentía cansado, cerré los ojos nuevamente y le di la espalda a la ventana. Sentí la cama moverse y como una nariz fría me buscaba entre las cobijas.
- Buenos días cachorro- la puerta de mi habitación se abrió dejando ver a mi papá ya cambiando en su traje negro.
-¿hija?, te parece si después de la universidad paso por ti, tengo algo planeado- sonreí, sé que lo hacía con todo su amor para que yo no me la pasará tan mal y aunque quería decirle que no, que estaba bien, la verdad era que si lo necesitaba
- sí, gracias pa-
- te espero abajo para irnos- salió de la habitación sin dejarme opción de faltar así que tomé todas mis fuerzas y me levanté. Tomé unas mallas negras y una falda a medio muslo roja a cuadros negros y una sudadera gruesa negra que acomode entre la falda, tome unos botines negros, no iba a aplicar maquillaje hasta que vi que tenía ojeras y no quería preocupar a mis padres menos que los compañeros me preguntarán qué me pasaba así que las cubrí.
- ¿Cómo me miró Bruno?- este ladro, quizás me encuentre con él, pensé antes de salir
- ¿Cómo estás hija? - preguntó mamá cuando entre a la cocina sin mucho animo
- Bien- la voz me traiciono
- Tu papá me contó...- se acercó a mi lugar y tomo mis manos
- no pasa nada, esas cosas pasan- dije, pero las lágrimas corrieron por mi rostro, mama me abrazo de inmediato, nada como el abrazo de una madre, el lugar seguro donde estar, a pesar de lo roto de mi corazón podía sentir como seguía latiendo gracias a su cariño – lo amo mucho mamá, mucho, lo he perdido, no sé qué hare sin el-
- ay hija... Seguro fue solo un malentendido- daba masajes en mi espalda intentando consolarme- puedo ver cuánto te ama, sé que pronto se solucionara todo – Si ella supiera sabría que eso no pasara. Estuvimos así un rato hasta que las lágrimas cesaron
- ¿Quieres fruta?- Negué y agradecí que no insistiera más - tu papá te espera en el despacho, dijo que le avisarás cuando estuvieras lista-
- Gracias mami, nos vemos por la noche, después de lo de papá iré a ver a Mel, hoy llega-
- Que bueno, así te distraes un rato- asentí y salí rumbo al despacho
- ¿Papá? Estoy lista- Entre, papá estaba sumergido en los papeles, por lo que sabía estaba en un caso muy importante relacionado con política- ¿Cómo va ese caso? -
- siéntate Elisa... Ayer hablé con tu mamá y quiero hacerlo también contigo, sé que no estás en el momento adecuado con lo que paso, pero es muy importante, este caso...estoy defendiendo a un amigo, él estaba relacionado con la política pero le estafaron y acusaron de lavado de dinero, tiene muchas deudas, si ganó este caso no solo limpiaría su nombre sino que también me pagará muy bien mejor que muchos casos juntos...pero si lo pierdo... Soy su aval. El caso se ha complicado y aunque hago todo lo posible por ganarlo hay que tener todo en cuenta. Por ello te digo Elisa, no gastes de tu dinero en el banco, guárdalo bien, si pierdo perderé casi toda la fortuna. -
- Entiendo papá, confío en que puedas ganarlo y si no también confío en que te recuperas - mi papá era el mejor abogado y padre sin importar nada, pero entendía su punto, estaba en peligro de perderlo todo.
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Mi Destino... Una elección
Kurt AdamElisa se enamora de Carlos un hombre con un carácter frío y muchos secretos, pues él es un ser sobrenatural, un licántropo- híbrido. Elisa logra sacar su lado más vivo y dejar sus miedos atrás, comenzando su historia de amor. Pero nada dura para si...