capitulo 29

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- Tranquila... ya vuelvo pasaré por ti para la cena- hablo también en voz baja que apenas pude escuchar, apenas y me vio antes de irse, sin dejarme decir una palabra más.

El tiempo transcurría lento sin piedad y mi corazón estaba al límite, faltaban cinco para las siete cuando se escuchó un mueble estacionarse en la cochera del taller, corrí allá con la ilusión de que fuera Carlos, pero me desmoroné cuando vi a Erick bajar del auto.

- ¿Estás bien Elisa? tu corazón se oye algo mal- no pude evitar más llorar, mis pensamientos no daban tregua. ¿Que estaría haciendo con ella? ¿La rechazaría? ¿La habrá besado? ¿Se sentiría atraído por ella? ¿Yo cruzaba por sus pensamientos? Mil preguntas me inundaban - Elisa ¿Qué pasa? - llegó a mi lado abrazándome antes de derrumbarme por fin

- la encontró- logré decir en medio de aquel dolor

- ¿De qué hablas? – su voz sonaba preocupada y confusa

- Carlos encontró a su mate - llore aún más, hubo silencio solo se escuchaba mi llanto inevitable.

-tranquila Elisa, confía en él, te ama lo sé...- negué, sabía lo que ese lazo significaba, no podías alejarte de esa persona, era la persona elegida para complementar tu vida, era inevitable

- ¡Son las siete! ¡Él jamás jamás llega tarde por mí! ¡O por lo menos me envía un texto o llamada! -

Corrí de nuevo adentro y tomé el teléfono para revisar, pero no había nada, lancé el teléfono en mi desesperación que fue atrapado por Erick

- ¡Nada!¡No hay nada! - Erick saco su teléfono e hizo una llamada

- No contesta- no, claro que no, estaba con ella.

Las lágrimas parecían que nunca iba a dejar de caer vi el reloj siete quince, era suficiente, no vendría, si, quizás eran solo quince minutos, pero él jamás llegaba tarde, no por mí, no sin ningún texto. Me levanté de la mesa y tomé mi bolso para salir del taller.

- ¡Elisa! ¿A dónde vas?- Érick se interpuso en mi camino

- Discúlpame con Nadia por la cena, voy a casa, no tiene caso, si llega él- hablaba con la voz temblorosa- que me busqué, si es que... la rechazo...- seguí caminado sacándole la vuelta

- Elisa se coherente afuera está muy frio, te iré a dejar- tomo las llaves de su auto

-Por favor, solo déjame, esto era inevitable... lo sabes... tienes a Nadia- levante mi vista y le mire- la amas con locura, no necesito conocerla para darme cuenta, sé que no la dejarías por nada...yo... solo fui un momento lindo en su vida, pero al final solo un momento... y duro más de lo pensado...- la voz me temblaba con cada palabra

-Te ama Eli, lo sé- una lagrima resbalo

-Quizás, pero... encontró al amor verdadero... uno más grande- su silencio confirmó mis palabras, le di la espalda y salí de ahí con el corazón roto, las calles pasaban borrosas, mi cuerpo estaba helado, había olvidado mi suéter y el frío se sentía en cada poro, como si intentara herirme más, vi un taxi pasar por mi lado y le detuve para ir a casa, agradecí que no me hablara para nada y no me preguntará qué me pasaba.

Cuando llegué a casa y abrí la puerta Papá iba pasando por la sala rumbo a la cocina, vi su rostro asustado y como se acercaba a mí con velocidad.

- ¡Hija! ¡Que te paso! - reuní todas mis fuerzas de ese momento para mantenerme en calma y fuerte

- Termine con Carlos- las lágrimas me traicionaron siguiendo su caminó por mi rostro. Papá me abrazo con fuerza como si intentará reunir cada trozo de mi corazón

Mi Destino... Una elecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora