Carlos
Iba de un lado a otro buscando cualquier cosa que me guiara, en este momento me dirigía a casa de Jaqueline, no estaba seguro de que ella tuviera algo que ver en esto, pero si estaba involucrada lo sabría.
-¡Jaqueline! ¡Jaqueline! – entre desesperado azotando las puertas y tirando todo a mi paso sin importar que su familia me escuchara
- Vaya por fin te apareces – salió de su cuarto bajando las escaleras tranquilamente, olía a jabón, acababa de ducharse; imposible saber dónde había estado.
-¡¿Dónde está?! ¡si la tienes yo...!-
- ¿A quién? ¿A la tonta por la que me cambiaste? – sentí hervir la sangre
- ¡Cállate! Mejor dime ¡¿Dónde está?!- me acerqué amenazante a ella, vi su cuerpo temblar ligeramente, fue raro porque solía ser más arrogante no asustadiza.
-Yo que voy a saber, lo único que sé es que tú me rechazaste y no me has dado explicación alguna- dijo con coraje
-¿La rechazaste?- el padre de Jaqueline salió, no me tomo por sorpresa había escuchado sus pasos dirigirse acá y tampoco me importaba.
-Exactamente – le mire sin temor alguno – su hija es una malévola despiadada capaz de arrancarle la vida a cualquiera sin pensarlo, me enamore de alguien que si tiene un corazón y no me arrepiento – mi voz es elevada, intimidante y segura – Si tienes algo que ver en su desaparición lo pagaras caro Jaqueline – Salí de aquella casa escondiéndome cercas para escuchar, pero no ser escuchado.
- ¿tuviste algo que ver? – hablo el señor rocha
- por favor papa no caería tan bajo, mejor preocúpate por el corazón roto de tu hija que en una mugrosa humana desaparecida-
- esa "mugrosa humana" te quito a tu mate, jamás había sucedió algo como eso- la curiosidad lo invadió – ¡romper el lazo es imposible Jaqueline, menos enamorarse de alguien más, debiste ser una insolente para provocar tal calamidad!
- ¡No es mi culpa! ¡Esa infeliz es una cualquiera! - y ella estallo, me fui de ahí a casa de Elisa, tenía entendido que Niko había puesto a toda la policía a buscar a Elisa, él se había dado cuenta un poco más tarde cuando fue a casa de Elisa después de que ella le dijera que quería hablar, al no encontrarla y ver la sangre puso a medio ejercito buscarla, por lo menos algo bueno había hecho. Aunque... al estar un original involucrado jamás la encontraría... solo yo podía...
Llegue a casa de Elisa aun había un par de policías buscando huellas y cosas, también esta Niko hablando con uno; era la primera vez que me aparecía por acá y le miraba.
-Tú no tienes nada que hacer aquí, lárgate- no me detuve y lo tomé por el cuello, en seguida tenía a los policías rodeándome como si sus armas pudieran hacerme daño, los destrozaría en un segundo si me placía.
- ¿Dónde está? - El original podía usar a cualquiera para su propósito con la hipnosis y más a un hombre despechado
- ¿Crees que yo le haría daño a MI prometida? – quito mi agarre de su cuello
- No es tu prometida, ella decidió quedarse conmigo-
- alucinas, ella es mi prometida, tú te fuiste y la abandonaste ¿Dónde estuviste cuando te necesitó? - golpe bajo – jamás haría algo para dañarla –intento irse, pero se lo impedí
- Es verdad, aun así, ella me dio otra oportunidad, porque me ama, y que coincidencia que justo cuando ocurre eso desaparece, después de hablarte – sí, no había venido aquí, pero estaba al tanto de todas las investigaciones de estos días. – No confió en nadie y mucho menos en ti – su cara tenía una ligera y muy bien oculta mirada burlona.
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Mi Destino... Una elección
WerewolfElisa se enamora de Carlos un hombre con un carácter frío y muchos secretos, pues él es un ser sobrenatural, un licántropo- híbrido. Elisa logra sacar su lado más vivo y dejar sus miedos atrás, comenzando su historia de amor. Pero nada dura para si...