Elisa
Miraba frente a mí las hermosas flores que formaban un camino a lo ancho de la casa pegadas a la cerca blanca, eran diferentes flores todas coloridas, el sol pegaba en sus pétalos haciéndolos brillar, en una orilla se encontraba una ruleta blanca que sobre salía, así como las piedras blancas que iban por toda la orilla del camino, no necesitaba más, las flores por si solas eran bellas, a un lado de la casa donde estaba el porche trasero solo había puesto unos sillones colgantes con luces, una mesa pequeña alta con un jarrón de flores artificiales y una banca de madera igual al sillón colgante, era sencillo y bello a Yeni le hubiera gustado, iba bien con la casa, sin dejar de ser colorido como ella; de fondo tenía la vista al bosque y al hermoso cielo, le encantaría... Mire el reloj en mi mano había quedado de almorzar con Nadia y Erick después de una semana que no me pasaba por allí, habían aceptado pues no había vuelto a ver Carlos desde el día de la boda.
Al llegar Nadia ya tenía la comida preparada una deliciosa pasta y un pastel de carne enorme recién sacado del horno; en un momento ya tenía los platos servidos.
- Te extrañamos Eli- comento Erick, baje la cabeza avergonzada
- Disculpen, gracias por tenerme paciencia- miraba mi plato mientras hablaba
- Descuida, se lo que hizo mi hermano – negó frustrado – la vida a veces es incomprensible, lo bueno es que estas aquí, come esta delicioso, lo hizo mi bella esposa – me sonrió, por algún motivo su sonrisa me recordó a la de mi padre.
- Toda mi comida es deliciosa y esta no es la excepción – reímos y comenzamos a comer
- Elisa...- Nadia se puso seria de repente – lo siento .... Es por ti... – la mire confundida
Unos pasos se escucharon en la entrada, Carlos cruzaba el umbral igual de confuso que yo al verme ahí ¿Qué hiciste Nadia?
- Voy a mi negocio, ¿Vas y me dejas amor? - Nadia se levantó dejando su palto en el fregadero, Erick se miraba un tanto desconcertado, no sabía nada, miro a Nadia y esta pareció contestarle con la mirada - Carlos puedes quedarte la comida esta magnífica - le tendió uno con un plato de comida antes de mirarme - necesitan hablar – Desgraciados
Se retiraron en un segundo y yo me quedé congelada sin saber qué hacer, Carlos quitó la vista de mí, se sentó en la mesa y dio un bocado, ¿Quería hablar con él? Me pregunté, no, no quería, no lo merecía.
Tomé mi bolso y las llaves pasando a su lado.
- No te vayas - hablo cuando estaba a sus espaldas, me gire, seguía en la misma posición
- No quiero hablar contigo-
- Nos veremos seguido Elisa, es mi hermano, mi familia, no podemos evitarnos todo el tiempo, podemos ser...- estaba harta de esta situación.
- te burlaste de mí y ahora pretendes que juguemos a los amiguitos - era el colmo
- No me burle... intento protegerte es mi único propósito- se levantó de la silla elevando la voz, parecía desesperado
- si claro y te fuiste de viaje con el amor de tu vida para disfrutar del paisaje de Alaska y le diste mi anillo a ella! Era mío, ese anillo era mío-
- ¡Claro que no se lo di! ¡Fue un accidente se me cayó, ella lo vio, no me quedo opción! además y tú qué me dices, ahora vives sola, te independizaste y estas con Niko como siempre quisiste- ridículo, él me había dejado
- ¿No sabes nada cierto? - sin poder evitarlo las lágrimas comenzaron salir, él no estaba enterado, quizás nunca le intereso saber...
- ¿De qué hablas? ¿De Yeni? - no sabía nada de mí, todo lo que había ocurrido después de su partida - Elisa, hablemos por favor, nos hará bien a ambos – se acercó un poco a mi al ver que me desboronaba.
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Mi Destino... Una elección
WerewolfElisa se enamora de Carlos un hombre con un carácter frío y muchos secretos, pues él es un ser sobrenatural, un licántropo- híbrido. Elisa logra sacar su lado más vivo y dejar sus miedos atrás, comenzando su historia de amor. Pero nada dura para si...