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No sabía si era el alcohol en mi sistema o simplemente era el ambiente el que me había empujado a bailar libremente junto al ritmo de la música que sonaba fuertemente en el lugar. Por un momento todo el peso que traía sobre mis hombros se había esfumado como por arte de magia, ya no tenía un novio controlador e infiel, no tenía un mejor amigo que era infelizmente casado a la fuerza con una mujer que lo engañaba con su propio hermano gemelo y tampoco tenía una familia que solo me hablaba para exigirme un matrimonio que claramente mi novio no quería.
Solo éramos el alcohol, la música, mis amigas y yo, hasta que crucé mi mirada con la suya y por un momento creí que estaba presa de nuevo.
Aquel par de ojos me observaban fijamente y yo ya no podía moverme de mi sitio ni un centímetro, me había hipnotizado. Me recuperé rápidamente y seguí bailando sintiendo sus ojos en mi.
Y sí, podía admitir que tener toda su atención en mi me gustaba, y más de lo que debería.
Aquel hombre se levantó de su asiento atrayendo las miradas de la gente a su alrededor quienes miraban con admiración y quizá algo de envidia cada paso daba. Bajó del primer nivel del área vip y no lo noté hasta que sentí una de sus manos fuertes en mi cintura haciéndome sobresaltar.
- Hola.- Su voz grave en mi oído hizo que un escalofrío corriera en mi espalda.
- Hola.- Respondí.
- Disculpe mi atrevimiento pero ¿Me permite usted ser su acompañante ésta noche?- Preguntó suavemente en mi oído.
- Ya tengo compañía, gracias. Vine con mis amigas.- Me dió la vuelta haciendo que lo mire a los ojos, pegandome a su cuerpo.
Sentí que mis piernas flaquearon cuando su perfume llegó a mis fosas nasales.
- ¿Tus amigas?- Me miró con una ceja levantada.- Yo no veo a ninguna chica cerca de nosotros.- Sonrió con picardía.
Miré a mi alrededor y en efecto las chicas no estaban en la pista de baile, las tres nos miraban con sonrisas cómplices desde el segundo nivel. Suspiré.
- Soy Lee Soyeon.- El sonrió.
- Seo Changbin,- Tomó mi mano derecha dejando un pequeño beso en el dorso de ésta.- es un placer para mí conocerte.
- Igualmente, Changbin.- Sus ojos brillaron.
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