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Caminaba por los pasillos empujando el carrito del supermercado, mientras que con mi mano libre revisaba la lista de compras procurando no olvidarme de nada.
Le había estado dando vueltas a mi charla de hoy con Christopher, sabía que él tenía toda la razón y que debía dejar a Christian, pero no podía. Podría jurar que lo amo tanto que no podría vivir ni dos días sin él.
Estoy jodida.
Por estar distraída no me había dado cuenta que otra persona empujaba su carrito hacia mi y terminamos chocando.
- Lo siento mucho, estaba distraída.- Me disculpé con la chica.
- Oh no te preocupes, también me distraje.- Dijo mientras reía.
Algo en ella se me hacía familiar, sentía que la conocía de algún lado e intentaba recordarlo. Y a juzgar por la forma en que me miraba, ella también sentía la misma familiaridad que yo.
- Disculpa, ¿Soyeon?- Y justo cuando dijo mi nombre pude recordarla.
- ¿Hanna?- Su rostro se iluminó rápidamente.
- ¡Oh por Dios Soyeon!- Ambas corrimos hacia la otra y nos dimos un fuerte abrazo.
¿Cómo pude haberme olvidado de ella? Había sido mi mejor amiga en la secundaria y parte de la universidad, ya que tuvo que cambiarse a la mitad de la carrera a otra institución por problemas económicos, y desde entonces nos alejamos.
- Te he extrañado muchísimo.- Dijo cuando nos separamos.
- Yo también,- Respondí con una gran sonrisa- ¿Cómo has estado?
- Perfectamente,- Reímos.- Actualmente soy dueña de un club en Itaewon.- La miré sorprendida.
- ¡Siempre soñaste con eso Hanna! Estoy muy feliz por tí.- La abracé.
- Muchas gracias.- Dijo en cuanto nos separamos.- Rita y Jennie vendrán este fin de semana,- Dijo mientras buscaba algo en su cartera.- deberías venir también.- Me entregó una pequeña tarjeta con la dirección del lugar.- ¡Será divertido!
- Oh no lo sé.- Me rasqué levemente la nuca.
- ¿Por qué? Solías decir que irías todos los días a mi club.- Dijo con una pequeña sonrisa burlona.
- Lo sé,- Reímos.- lo digo por Christian.- Me encogí de hombros y su sonrisa se desvaneció.
- Oh, aún sigues con él.- Dijo con una mueca.
- Sí, no creo que me dé permiso de ir, no le gusta que salga de fiesta.- Hanna golpeó su frente con la palma de su mano.
- Por Dios Soyeon, no tienes que pedirle permiso para salir, no es tu padre. Imagino que ni siquiera están comprometidos,- Negué con la cabeza.- ¿Lo ves?
- Pero.- Me interrumpió.
- Nada de peros, tu solo dile que irás a la casa de tu madre o algo, ven al club y regresas temprano. No pasará nada.- Tomó mis hombros con ambas manos.- Confía en mi.- Dijo con una sonrisa a la que no pude negarme.
- Está bien, iré.- Accedí.
Grave error.
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