The Lover ፧ Seo Changbin ፧

፧ Capitulo 39 ፧

  Con mi manos temblorosas limpié mis lágrimas de nuevo, había perdido la cuenta de cuántas veces lo había hecho. Él había sido brusco conmigo y después de todo simplemente se recostó a mi lado y se durmió, me sentía sucia, quería quitar su olor y sus manos de mí, no importaba cuántas duchas me diera pues todo seguía pegado a mi cuerpo.

  Tomé mi teléfono y miré la hora, era tarde y tenía algunos mensajes de Changbin que aún no había tenido la valentía de leer. Por alguna razón sentí que lo había traicionado, otra vez la culpa me comía, intenté detener a Christian pero no pude y tomó mi cuerpo a la fuerza. No quería quedarme con él.

  Me levanté de la cama y fuí hasta el baño para ducharme de nuevo, me vestí en silencio y de la misma forma armé un bolso con lo que necesitaría mañana para irme al trabajo y salí del apartamento dejando a Christian profundamente dormido en nuestra habitación.

  Conduje rápidamente sin importarme las multas que seguramente me darían al día siguiente, me bajé del auto y entré al lobby sin intentar pasar desapercibida, saludé al chico que tomaba el lugar de Yongbok en las noches y corrí por todo el jardín hasta su casa y toqué la puerta.

- Oh...- Abrió los ojos sorprendido cuando abrió la puerta.- Pensé que no vendrías cariño, te envié varios mensajes pero no...- Se interrumpió a sí mismo cuando me abalancé sobre él rodeando su cintura con mis brazos.- Ey ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras cariño?- Preguntó abrazándome de vuelta con fuerza cuando me sintió sollozar en su pecho. Me hizo entrar a la casa y cerró la puerta.

- Por favor, quítame ésto, ya no quiero sentirlo sobre mí.- Rogué aún entre sollozos.

- ¿De qué hablas Sonnie, qué ocurre?- Me aparté y quité la ropa de mi cuerpo dejándole ver las marcas y moratones que Christian me había dejado.- Mierda.- Apenas pude oírlo susurrar, apretó su mandíbula y se acercó a mi limpiando mis lágrimas.- ¿Él te hizo ésto?- Asentí.- Se acabó, lo mataré con mis propias manos.

  Se alejó, tomó un par de llaves y se dirigió a la puerta dispuesto a irse, pero lo detuve tomandolo del brazo, rodeé su torso con mis brazos y recosté mi cabeza en su espalda intentado calmar mi llanto.  

- No me dejes sola.- Rogué contra su espalda.

- Pero él...- Lo interrumpí.

- Él no importa. Quiero quedarme contigo Bin, eres todo lo que necesito, ahora y siempre.- Sentí su cuerpo estremecerse.- Quítame su olor de encima, reemplaza sus marcas por las tuyas y hazme olvidar su nombre, por favor.- Terminé en un susurro, lo oí suspirar y segundos después se dió la vuelta tomándome en sus brazos.

- ¿Es lo que quieres?- Preguntó resignado.

- Es lo único que necesito, te necesito a tí.

- Entonces, tus deseos son órdenes para mí.

Quizá no debí quedarme a su lado esa noche,
una regla del juego se había roto.
Pero ¿Cómo podría explicarme que esa había sido la última que faltaba por romper?
Incluso la más importante de todas,
estaba rota desde el inicio.

Oficialmente hemos llegado al final de la segunda parte de ésta historia, ¿Están preparadxs para la siguiente?