🍎𝖢𝖺𝗉í𝗍𝗎𝗅𝗈 4

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ZURI

¿Conocían esta sensación? De querer esconderse en algún recóndito lugar del mundo sin jamás ser encontrada.

Justo lo estaba experimentando ahora ante la vista de toda la escuela y en especial de él.

Mis cachetes burbujeaban en un vivo calor, no podía verlo a los ojos, si lo hacía se daría cuenta de lo mucho que me gusta o peor, de lo mucho que me aterra en estos momentos.

Soy tan transparente que temo que vea más allá de lo que me gustaría.

Siempre he imaginado nuestro primer encuentro, yo contándole un chiste tan malo que se reiría y el en respuesta me pediría una cita. Si lo sé, soy tonta. Adán jamás tiene citas y mucho menos se fija en chicas tan insignificantes como yo.

Él es arrogante, oscuro, tan seguro de sí mismo que nunca va en busca de una mujer, él espera que vayan a su encuentro. Y cuando las tiene de cerca las evalúa de pies a cabeza para ver si son aptas para pasar una noche con él y si no lo convencen pasa a la siguiente.

Así de cruel es, pero en mi mente pienso que es mejor que eso ... quizás porque me quiero engañar en que es perfecto y no ayuda nada en que sea mi amor platónico.

-Llévenla al aula de ciencias — su demandante voz me saca de mi estupor y dejo de mirar el sándwich destrozado para encontrarme con su rostro ensombrecido.

Una sonrisa que no se sienta correcta se forma en sus pálidos labios.

-Pero ...

No termino de formular una sola oración, porque Breant si una pisca de gentileza coge mi brazo izquierdo y lo coloca detrás de mi espalda, otro chico de su misma altura se posa a mi lado derecho y hace el mismo proceso, manteniendo inmóvil.

Adán rodea el contorno de la mesa con lentitud, acechándome.

¿Sigue pareciéndote perfecto?

-La va matar.

-No digan nada.

- ¿Y si la ayudamos?

Los susurros de todos estos inútiles llegan a mis oídos poniéndome más tensa de lo que me encuentro. Sigo tan pasmada con todo lo que me está ocurriendo que no hago ningún intento por escapar, ni tampoco hago una sola mueca.

Adán está parado frente a mí sin borrar su sonrisa, con diversión pasa una mano por la punta de mi cabello, lo mira con aburrimiento y luego se detiene por unos segundos en las manchas de kétchup que están sobre mi blusa, cerca de mis pechos.

Su sonrisa se esfuma.

-Has hecho dos cosas mal — dice con una tranquilidad que hace temblar mis piernas, su tono es amenazante — cometiste el error de hablarme cuando ni si quiera te di el debido permiso — pasa la yema de su dedo por el cuello de la blusa — te atreviste a cuestionarme — se dirige a mi mandíbula y la presiona con fuerza — y me gritaste como si fuera un puto niño — gruñe.

La presión se vuelve más fuerte y un quejido abandona mis labios.

-Pobre diabla — murmura Breant en mi oído y le da una lamida.

-Conocerás tu maldito lugar — trago saliva ante esa promesa tan siniestra — y ¡mírame cuanto de hablo! Joder.

No le hago caso, sigo mirando un punto vacío menos a él. Mi corazón tamborilea tan rápido que toma todo de mí controlar mis respiraciones y mantenerme serena.

-Te veré en unos minutos.

De repente Breant y el otro idiota me llevan a rastras, fuera del comedor bajo la vista de todos que no hacen nada más que mirar con pena y hasta indiferencia.

Parece que esto no es nada nuevo para ellos.

Seguimos caminando y antes de adentrarnos al laboratorio de ciencias, los dos trogloditas se aseguran que no haya ni un profesor deambulando por el pasillo.

Me arrojan a una silla y el chico que tiene la misma altura que Breant saca una soga gruesa de las cajoneras, ni yo sé qué hace eso ahí, pero ignoro toda idea cuando se atreve a tocarme, inmovilizándome por los hombros, mientras el mejor amigo de Adán aprovecha en colocar esa soga áspera alrededor de mis brazos y cintura.

-Listo.

-Vámonos.

Breant sale por la puerta y el otro chico se me queda viendo por un rato más, no hay nada siniestro en su rostro como en el de Adán, en cambio, es más sueva, más amable, sus ojos color cielo no tienen ni un rastro de malicia, es un papel en blanco.

-Me llamo Jerome — dice desviando sus cálidos ojos a la entrada — si él te lastima mucho ve a buscarme, te puedo ayudar — eso ultimo lo dice más bajito y con un asentimiento de cabeza se retira, dejándome completamente sola.

Si cree que eso me ha consolado, está muy equivocado. No ha funcionado. Estoy que tiemblo sin control, que significa "si él te lastima mucho", por Dios, en que lío me he metido.

Y lo peor no es eso, lo peor es que una parte de mí sigue entusiasmada ante la idea de que por primera vez soy notada por Adán, el famoso Adán.

¿Qué tan malo es eso?

-El juego ha comenzado.

La puerta se cierra en un sonido arrollador.

⭐⭐⭐⭐

*Chicos les propongo algo, ¿que dicen?

~Si llegamos a los 300 comentarios, mañana a esta misma hora público el siguiente capítulo.

¿Trato?

Nosotrxs podemos♡.

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