Lo prometido es deuda.
Disfruten.
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ADÁNEso es.
Tiembla para mí.
Su diminuto cuerpo no dejaba de retorcerse lleno de pánico. Me agradaba ser el causante de eso. Se lo merece.
Cómo no me ha podido prestar atención, mientras toda la escuela estaba besando mis pies, ella estaba en un rincón valiéndole mierda mi presencia concentrada en su jodido sándwich barato.
Eso me cabreo.
Si hay algo que más odio, es el que me ignoren, siempre me ha gustado hacerme notar. Y eso es lo que estaba haciendo con ella, hacerme notar en esos ojos pequeños y sin ninguna gracia. Son tan simples, de un color oscuro y que a la luz del día se reflejan claros, nada que atraiga mi atención o deslumbre.
Encima me ignoro por un pan de mala muerte.
Que es más denigrante que eso.
- ¿Eres nueva? — pregunto inclinándome un poco para quedar a la altura de su rostro.
-No.
Me quede en silencio.
Jamás la había visto. Era la primera vez que la tenía en mi delante, se me hace que me está mintiendo, pero al mismo tiempo soy consciente que nunca me habría fijado en ella, no es bonita, llamativa ni sexy.
Es una más del montón. Ordinaria.
No obstante, que no sea nueva no lo hace peor. Ya que todo el mundo me conoce en esta escuela, saben mi poder y estatus, es imposible que ella me pase por alto.
Su castigo será peor.
- ¿Cuál es mi apellido? — tararee con malicia.
-A-Avenel — tartamudeo.
Sonreí para mis adentros.
-Y tú sabes que es lo que hago cuando alguien me hace enojar.
Sacudió su cabeza en una negativa sin dejar de mirarme con miedo.
-Te daré una nueva oportunidad — dije regresando a mi estado neutral — que es lo que hago cuando alguien me hace enojar y no quiero una respuesta muda — advertí.
Mientras esperaba su respuesta me aleje de su rostro y di una vuelta postrándome a sus espaldas, coloque ambas manos en sus hombros dándole un ligero apretón. Ella se puso rígida, hasta acá podía sentir su incertidumbre por saber cuál sería mi siguiente movimiento.
Con pesadez lleve mis dedos a su banda elástica que sujetaba su cabello esponjoso en una coleta. Se la retire lentamente quedándome con la banda en la muñeca. Todos sus mechones enredados cayeron a sus hombros cubriendo la piel de mis manos.
Lo enrolle en un puño y se lo tire para atrás.
Su cabeza se arqueo y nos dimos cara a cara.
-Estoy esperando.
No voy a negar que ver su cuerpo reprimido por una soga me puso duro. Como trataban sus tetas de levantarse para poder seguir respirando de manera acelerada o del como cerraba sus piernas lo máximo que podía para que no dejara nada a la vista, porque tenía puesta una falda.
Si, me estaba excitando.
Pero todo eso se me olvidaba cuando veía su rostro y me fijaba con más detallamiento en cada parte de su cuerpo. Era demasiado imperfecta para mí, que estaba acostumbrado a bellezas de modelo.
Su rostro no era delicado, no tenía rasgos simétricos y pestañas largas o con jodido rímel como todas las chicas de esta escuela.
Su cara era redonda, sus mejillas regordetas. Sus ojos eran bien pequeños para ese rostro y de un color que transmitía nada más que simplicidad. Sus pestañas eran cortas y sus cejas, carajo, hasta yo las tenía mejor delineadas y formadas.
Y sin olvidar, que no cargaba con nada de maquillaje, su rostro estaba al cien por ciento natural. Se podía notar uno que otro grano en su barbilla, claro que, si los veías con atención, ya que eran diminutos.
Lo único que rescato son sus labios, son de un rosa oscuro, jugosos y rellenos en ambas partes, los tenía proporcionados. Apetitosos.
-Son desterrados al infierno — dijo repentinamente.
Dejo de mirar su boca y me concentro en sus palabras.
-Yo diría algo más, como "los mato, los revivo y los vuelvo a matar para que odien estar tanto vivos como muertos" — ironice con arrogancia.
-Tu ego es tan alto.
-Te escuché. — Tiro más de su cabellera hasta que su cabeza choca contra mis caderas — para que te puedas dar un festín con mi ego te hare chupar mi polla en esta jodida posición.
Trago saliva y un jadeo ahogado salió de esos labios regordetes, no sabía si era de asombro, temor o repudio. Porque sus ojos cambiaron drásticamente, perdiendo su brillo y dejando una amenazante capa de frialdad e indiferencia.
Se cree valiente ahora.
No es inteligente de su parte.
Con la mano restante toquetee su mejilla y delinee su labio inferior con el pulgar, quedándome allí.
-Rogaras que pare, porque mi polla cubrirá toda tu boquita, te ahogaras por lo duro que estaré penetrando tu garganta — le advertí queriendo causar una reacción por su parte.
Algo más que esa frialdad que la cubre, ni si quiera un jadeo se le escapa. Eso me jodió todavía más. ¿Acaso no me cree capaz de algo así? Le daré una pequeña demostración de lo capaz que soy.
-Adán, Breant se ha metido en una pelea con Samael — dice Jerome interrumpiéndonos. Su apariencia está desaliñada, eso no es bueno.
Mierda, justo ahora. Si Samael no mata a Breant yo lo haré.
- ¿Dónde están? — digo con el ceño fruncido sin dejar de mirar sus ojos de esta chica.
¿Me está desafiando?
-En el área de comunicaciones — dice inmediatamente — tienes que apurarte, el panorama no es nada bueno
-Ya lo veo.
-Es enserio Adán, Breant está perdiendo y va a llamar la atención de los demás.
Bufo por ese idiota, siempre causa problemas. Suelto a la estúpida chiquilla y antes de irme le digo en su oído.
-Tú desde ahora serás mía y tus ojos siempre estarán posados en mí. ¿Entendido?
No espero a que responda y le doy un leve beso en su mejilla sin una pisca de amor y le digo a Jerome.
-Desátala.
Abandonando esa aula con miles de ideas para someter a esa chica que de una manera muy extraña ha acaparado mi atención.
⭐⭐⭐⭐
*He quedado muda.
Modo: sin palabras.
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(Aquí subo adelantos y noticias referentes a mis historias, no te lo pierdas .😏)
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SOMÉTETE A LAS TINIEBLAS✔
RomanceÉl: Vivía en las nubes, poseía el trono de la escuela, su padre era un dichoso actor de Hollywood y su madre una ex modelo, que más podía pedir. Su vida era miserablemente perfecta. Todos lo veían, todos lo querían, excepto ella. La chica menos dese...