🍎𝖤𝗉í𝗅𝗈𝗀𝗈

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ADÁN

3 años después

La camiseta sin mangas que traía encima provocaba que los rayos de sol tocarán mi piel, el jean oscuro y rasgado que traía puesto cumplía su función de protegerme las piernas, no deseaba broncearlas más de lo que ya estaban.

Sin contar, que era un tanto molesto caminar con este tipo de vestimenta después de mucho tiempo no utilizarla.

Pero a petición de Zuri lo hice. Ella más que nadie me dijo que me deshaga por solo hoy día de mi "estilo remilgado" que constaba de camisas y pantalones de vestir, y que me atreviera a usar un "estilo refrescante y relajado" cosa que no era de mi preferencia. Sin embargo, muy en el fondo me gano la curiosidad por verme con algo casi nuevo y le obedecí.

Ramsés estaría orgulloso de mi estilo.

Aunque claro, le hubiese quitado la sonrisa maniaca de una patada en el trasero.

Espera ¿qué hago pensando en ese idiota?

–No es un lugar que frecuentaría, pero aquí estamos — murmura Zuri cuando nos dentemos frente a un gran estudio de producción audiovisual.

–No es de mis ropas preferidas, pero aquí lo uso — le respondí tirando de su mano para colocarla a mi nivel, porque con sus piernas cortas demoraba en seguirme el paso.

Adorable.

Ella lo odiaba.

–Deja de quejarte, estoy segura que causaras conmoción y creo que ya me estoy arrepintiendo de habértelo pedido.

–Al igual que tú — su dorso pálido lo subí a mis labios y lo bese con delicadeza y deseo — estás hermosa.

–No lo sé, me siento rara — confesó viéndose una vez más su vestido rosa pastel que le quedaba por encima de la rodilla, ciñéndose correctamente en la zona de sus caderas y cintura.

Su largo cabello salvaje y esponjado del que me gustaba tirar cuando follábamos se lo había recortado unos centímetros más dejándolo por debajo de sus hombros. El flequillo que también se hizo le daba un aire diferente a su rostro, que me fascinaba y le daba un toque coqueto a su expresión cuando se corría en mi polla.

Estaba cambiando y eso me gustaba, porque al igual que su aspecto, su carácter se había fortalecido todavía más, solo que quedaban corregir algunos detalles, como la inseguridad que sentía al usar ciertos vestidos.

Pero me sentía tranquilo, porque con paciencia y cariño eso se va a erradicar.

–Siento que enseño de más Adán — volvió a quejarse acomodándose el fino tirante de su vestido en el hombro.

–Eso no es cierto, estás enseñando lo poderosa y hermosa que eres al mundo — le entregue unos documentos al guarda que custodiaba la entrada — eso es jodidamente valiente y sexy.

–Es tu forma de verlo — masculle en voz baja cuando las personas del estudio se empiezan a acercar a nosotros.

–Es la forma en que debes verlo. Además, tú me retaste que venga a este lugar así y yo te rete que vinieras así — me di la vuelta para quedar cara a cara y me acerque a su oído – la mejor elección. No tienes por qué sentirte rara.

–Seguro — se puso de puntillas y me beso castamente la comisura de los labios dejándome con ganas de más.

–Te gusta jugar con fuego pequeña.

No pude cogerla de las caderas y fundirme en su cálida boca que sabía a cerezas, porque las personas del estudio se impacientaron y nos llevaron a un camerino para arreglarnos y darnos pautas sobre como será la secuencia del programa una vez que estemos al aire.

SOMÉTETE A LAS TINIEBLAS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora