🍎𝖢𝖺𝗉í𝗍𝗎𝗅𝗈 18 (𝖯𝖺𝗋𝗍𝖾 𝗎𝗇𝗈)

24.5K 1.5K 1.1K
                                    

ZURI

Mordí mi labio ante su respuesta.

En parte, porque no sabía a ciencia cierta si era cierto y en parte, porque esa era la única forma de evitar que los sonidos raros salgan de mí.

La mirada de Adán se posó en ellos.

-Tu boca tan llena me ha cautivado desde la primera vez que te vi — confeso acercando su boca a mi cuello — en estos momentos me estoy preguntando como se sentirá besarte — murmuro sobre mi piel, dejando un suave y húmedo beso.

El hormigón caliente se estaba apoderando de mi vientre bajo. Cada parte de mí ardía en deseo por sus manos en mi piel, por sus palabras excitantes murmuradas cerca de mi oído y su característico aroma de cítricos y vainilla que se colaba en nuestro entorno.

-Como te sentirás cuando te folle, porque nena — sus dedos aprisionaron mi muslo interno y con seguridad se dirigieron a la banda elástica de mis bragas, tirando de ellas. Un "plop" resonó cuando las tiras regresaron devuelta a mi piel, sacándole un gruñido — lo voy a hacer.

La humedad en mi interior se acrecentó. Ser tocada por él era estar bailando con las vivas llamas, pertenecientes a un avallasador fuego, quemándome de pies a cabeza.

Suspire excitada cuando aumento la intensidad de sus besos en mi cuello, lamía y chupaba con tanta intensidad que lo sentía tan bien. Su lengua cálida y grande repasaba mi piel con una sensualidad única, casi erótica. Y chupaba mi carne reteniéndolo por unos segundos con sus dientes, dejando leves marcas rojizas.

-Adoro lo bien que encajas en mi boca — espeto agitado — esas marcas que quedarán en tu blanda piel te recordarán lo mucho que gozaste de este momento — asintió para sí mismo dándome una mordida más que me hizo apretar los puños deseosa — y cuando yo las vea, recordare lo mía que eres. Desde ahora en adelante nadie más podrá tenerte, porque tú eres mi chica — sentencio.

Abandono mi pobre cuello y llevo sus traviesos labios a mi oído y tiro del lóbulo, jadeando cerca de mí.

-Nena, me dejarás hacerlo ¿verdad? — inquirió con cinismo. Su tono enronquecido me estaba matando, debilitando la fortaleza de mis piernas temblorosas.

Su torso aplastaba mis pechos, que tenía los pezones tan endurecidos que dolían, felizmente estaban cubiertos por el brasier de encaje. Si no, hubiese sentido sus firmes pectorales contra mis montículos sensibles. Haciéndome perder la poca cordura que me quedaba.

-Respóndeme y mírame siempre a los ojos cuando te toco — dijo feroz, detallándome con su mirada oscurecida por el deseo.

Dejé de ver al auto que teníamos en frente y lo encaré.

En estos momentos su dominancia no me ponía un monstruo furioso, me estaba convirtiendo en agua pura por dentro. Me permitía disfrutar de su característica más fuerte y atractiva de él.

Que me someta a sus toques, a su excitación por tenerme en su red, por atraparme y poseerme de todas las maneras que él tenía en su tonta cabeza. Por una vez, estaba gustosa y apta para experimentarlo.

Luego, quizás, me arrepentiría y lo mandaría de regreso a su sitio, pero ahora solo quería, no, anhelaba tenerlo por completo.

-Respóndeme — Adán gruño y sus dedos largos jugaron con mi clítoris resbaladizo por encima de mis pantis, mi cuerpo entero se tenso en respuesta.

-Que ... quieres que te responda — emití entre jadeos.

-Si me dejarás follarte — movió sus dedos en círculos, masajeándome, cubriendo casi toda mi zona intima con su mano. Paseándose hasta el inicio de mi culo, para darle mucho más acceso tuve que abrirle más las piernas y gimió gustoso. Le gustaba que estuviera lista para él.

SOMÉTETE A LAS TINIEBLAS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora