ZURISeguía en la maldita silla sin mediar una palabra. Estaba sola, esos dos idiotas se habían ido para mi suerte.
Había muchas cosas que seguían haciendo eco en mi mente.
Como la mano de Adán envuelta en mi cabello, su mirada llena de crueldad y diversión al verme puesta en su merced o sus sucias palabras.
Creo que eso es lo que más me ha escandalizado hasta ahora, esas profundas y morbosas palabras, tengo la piel chinita y cada bello corporal puesta en punta.
Uff ... es que es muy intenso.
Sacudo la cabeza.
Esto no me puede gustar.
No, no, no.
Debo temerle, debo perder este gusto y no seguir alimentándolo con cada nuevo detalle que aprendo de él.
Ya me ha demostrado que es un canalla, un verdadero monstruo y que si quisiera me podría romper más de lo que ya estoy.
¿Le temo?
Si, una parte de mí lo hace.
¿Me sigue pareciendo fascinante?
Si, otra parte de mí le sigue pareciendo encantador.
¿Debo ir a terapia?
Cariño eso no se pregunta, debí de haber seguido yendo.
Quizás por eso hago cosas que no son sanas, quizás por eso me atrae alguien como Adán.
Una resolución asquerosa, pero verdadera.
-Vamos, tenemos que ir a ver.
- ¿Adán y Samael se pelearán otra vez?
-Adán no pelea.
-Y todo por culpa de Breant.
-Como siempre — dicen ambas chicas y siguen su camino, alejando sus voces de este pasillo.
Debe estar armándose todo un espectáculo allá afuera. Breant puede igualar a Adán en lo que se refiere a problemas.
Digamos que a Breant le gusta ser más ruidoso, no le importa que el resto se entere de lo que sucede en su vida, en cambio, Adán es más silencioso, más cuidados con lo que se refiere a su vida personal y no hace tanto escandalo como su tonto amigo.
Me lo acaba de demostrar justo ahora, mientras me torturaba no había nadie en el exterior que supiera lo que estaba sucediéndome y quizás, si lo sabían no lo divulgarían, conocían lo que sucedería después.
Son opuestos, no entiendo porque son amigos.
-Ramsés acaba de aparecer cabrón, ese encuentro será épico. ¿Tienes la puta cámara? — un grupo de chicos de grados inferiores pasan sosteniendo sus celulares en las manos.
Como si fuera impulsada por un resorte me pongo de pie al oír ese nombre.
Ramsés está aquí.
El jodido Ramsés.
El enemigo de Adán, el más digno y tan poderoso en esta escuela como él.
Ya han tenido enfrentamientos y no, no confundamos, no son de golpes, ellos dos crean una atmosfera tan letal y fascinante al mismo tiempo, que es escalofriante lo aterrador que se siente su jodido silencio en cuanto se ven.
Saben manejarse muy bien.
Y Ramsés está del lado de Samael, al haberse enterado que estaba perdiendo una pelea con Breant no le habrá sentado bien.
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SOMÉTETE A LAS TINIEBLAS✔
RomanceÉl: Vivía en las nubes, poseía el trono de la escuela, su padre era un dichoso actor de Hollywood y su madre una ex modelo, que más podía pedir. Su vida era miserablemente perfecta. Todos lo veían, todos lo querían, excepto ella. La chica menos dese...