Siete

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Elara

Venir a la biblioteca con Hermione se había vuelto una tradición entre nosotras desde primer año, Brianna odia la biblioteca y al ser mi única amiga en Slytherin eso me obligó a venir sola durante la mitad del primer año, cada que venia veía a la chica Gryffindor sola en una mesa repleta de libros, un día le hablé y me contó que a sus amigos tampoco les gustaba la biblioteca y que por eso también estaba sola.

Ese fue el inicio de nuestra amistad, me confesó que no se acercaba a mi por ser Slytherin y que se alegraba de que no fuera como la mayoría que la molestaban por ser nacida de muggles, mucha fue su sorpresa al saber que yo era igual que ella. Después me presentó a Harry, Ron y Neville quienes se volvieron mi salvación, me hicieron sentir parte de algo, hicieron de Hogwarts un lugar soportable e incluso feliz y siempre les estaré agradecida por eso.

—Deberías venir a la sala común un día para practicar los hechizos no verbales —dice Hermione a mi lado.

—Me gustaría mucho que un día tu fueras a la mía pero...

—No se puede —termina la frase por mí y yo asiento con tristeza.

—En la sala común de Gryffindor nadie me molesta, ojalá pudiera ser lo mismo para ti pero no.

—Es porque siempre haz estado ahí con nosotros o cuando desayunas en nuestra mesa, pero no te preocupes, entrar a tu sala común no me emociona ni un poco —niega con la cabeza.

—Lo sé, pero lo justo sería que tu pudieras entrar sin problemas como yo a la tuya.

—Cuando eres nacido de muggles muchas cosas no son justas Elara, tu y yo lo sabemos mejor que nadie —aprieta mi mano. —Debo irme, hoy es la prueba del equipo de quidditch de Gryffindor y debo ayudar a Ron.

—¿Vas a hacer la prueba por él o qué? —río encarnando una ceja.

—¡Por supuesto que no! Solo... estaré ahí para darle ánimos. 

—Deséale suerte de mi parte y dile que controle sus nervios —le guiño un ojo.

—Nos vemos en la cena —aprieta mi hombro al pasar tras de mí.

Me encantaría ir a ver la prueba de Gryffindor pero tengo un ensayo que terminar sobre los hechizos no verbales, escribo lo más rápido que puedo, si me doy la suficiente prisa podría llegar aunque sea al final de la prueba. Extiendo mi mano para tomar el libro de Hechizos avanzados pero no está, supongo que Hermione se lo llevó sin darse cuenta.

Me levanto para ir a buscar otro ejemplar pero no hay nada, supongo que ahora tendré que irme tras ella por el libro, me suena a la excusa perfecta para postergar mi ensayo y ver la prueba, la procrastinación y yo nos llevamos muy bien.

Al llegar a mi silla mi mirada se posa sobre un diario en el suelo, tal vez se le cayó a Hermione y apenas me di cuenta. Lo levanto y antes de ir a entregarlo a objetos perdidos, busco el nombre de su dueño por alguna parte pero no hay nada. Paso mis dedos por el cuero desgastado, es el libro más antiguo que he visto, está desgastado por donde se vea, tiene detalles dorados en sus orillas y en medio un número uno en romano.

Lo abro lentamente con miedo a dañarlo, pero curiosamente se siente muy resistente, sus hojas son amarillentas y todas están en vacías, es curioso como un diario que luce tan viejo y que ha pasado por muchas manos no tiene nada escrito en él y sobre todo como es que se siente tan resistente.

Me dejo caer en mi silla y vuelvo a ojearlo esperando encontrar alguna palabra escrita pero no hay nada en él. Lo dejo frente a mi abierto en la primera página cuando de pronto veo una palabra aparecer en el encabezado de la página.

So close |Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora