So close |Draco Malfoy

Cuarenta

Draco

Cuando era niño no había nada en el mundo que deseara más que ser como mi padre. Me gustaba que la gente mencionara el enorme parecido entre nosotros, que teníamos el mismo color de cabello, la misma piel pálida y la misma nariz recta.

Durante muchos años hice todo por ser como él, pues era la única manera en que podía conseguir que se sintiera orgulloso de mí, me di cuenta muy tarde que ser como mi padre era lo último que quería.

Amo a mi padre, no puedo evitar hacerlo, pero tampoco puedo evitar creer firmemente que Lucius Malfoy es todo lo que un hombre, un esposo y un padre no debe ser.

Mi padre murió ayer a manos del señor tenebroso, algunos pensarán que fue su castigo por permitir que Harry Potter escapara de su propia casa, pero no fue así.

Por supuesto que el señor tenebroso estaba furioso por la huida de Potter, fuimos castigados por ello, pero justo cuando todo parecía haber terminado, mi padre hizo el acto más valiente e idiota de todos; se reveló ante él.

Por primera y única vez, mi padre puso a su familia por sobre su lealtad al señor tenebroso, diciendo que estaba siendo muy injusto con nosotros y eso le costó la vida, ese fue su único acto admirable y desgraciadamente el ultimo.

Pensé que mi madre haría lo mismo, pues ya no tenía nada más que perder, pero no lo hizo, solo miró hacia el frente y cuando el señor tenebroso le preguntó que si tenía algo que decir al respecto, solo respiro hondo y dijo:

"No, mi señor, no soy nadie para cuestionar sus acciones."

Solo yo pude escuchar el dolor oculto en sus palabras, ver el nudo en su garganta peleando por delatar lo que en verdad sentía y el miedo en sus ojos cuando me miró casi suplicando que no dijera ni una palabra.

Tal vez yo no maté a mi padre, tal vez lo que hice no ocasionó su muerte de forma directa, pero estoy consciente que haber ayudado a Potter y Weasley a escapar detonó todo.

¿Cómo decirle a mi madre que su hijo tiene gran parte de la culpa de la muerte de su esposo?

Justo ahora estoy caminando rumbo a su habitación, han pasado tres días desde la muerte de mi padre y nosotros no hemos hablado para nada, no pensaba ir a hablar con ella tan pronto, quería darle su espacio, todo el que pudiera, pero me ha llamado.

Golpeo mis nudillos contra la puerta y un débil "adelante" se escucha del otro lado, respiro hondo y entro a la habitación, mi madre está sentada en la orilla de la cama, mirando fijamente la ventana frente a ella.

La habitación de mis padres es uno de los lugares en donde menos he estado, a mi padre no le gustaba verme rondar por aquí y nunca me atreví a desafiarlo, es extraño estar aquí, sabiendo que mi padre no puede decirme nada al respecto.

—Acércate, Draco —dice sin mirarme y yo camino lentamente hacia ella, mirándola con atención, tratando de adivinar que va a decirme.

Me siento a su lado con cautela y es solo cuando abro la boca para decir algo que ella me mira. Sus ojos están vacíos, no hay rastro de emoción en él, ni siquiera tristeza, eso solo hace que mi corazón se quiebre aún más.

¿Qué se le dice a una mujer que acaba de perder a su compañero de vida?

—¿Cómo estás? —pregunta con voz débil.

—¿Qué cómo estoy? —encarno una ceja. —Madre, yo debería preguntarte eso a ti.

Ella niega con la cabeza y pone su mano sobre mi pierna, está temblando y no se esfuerza por ocultarlo.