Cuarenta y tres

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Elara

Ha pasado un mes desde que Draco fue llevado a Azkaban, en todo ese tiempo había hecho cientos de solicitudes para poder verlo, todas fueron denegadas, las visitas en Azkaban son escasas, sobre todo si se trata de un criminal de alto riesgo, porque sí, de esa manera se le estaba juzgando a Draco; como criminal de alto riesgo al igual que su madre.

El mundo mágico está de fiesta, incluso después de un mes de lo ocurrido las personas siguen festejando la derrota de Voldemort como el primer día, a cualquier lugar al que voy hay al menos una persona brindando en honor a Harry, las calles y establecimientos están llenas de fotografías suyas.

Sin embargo, la gente sigue molesta, todos esperan justicia por parte del ministerio, es por eso que en todos lados también se ven propagandas que exigen castigos severos para los mortífagos que han sido atrapados, entre ellos Draco.

Para el resto del mundo Draco es un criminal peligroso, para mí es todo menos eso, para ellos el día de la caída de Voldemort es digno de celebración, sin embargo yo no puedo celebrar el día en que el amor de mi vida fue arrancado de mi lado.

Claro que estoy feliz de que todo ha terminado, que el mundo está libre de peligro, pero yo no puedo disfrutar completamente del nuevo mundo sin Draco.

El juicio de Narcissa fue hace cuatro días, gracias al testimonio de Harry en donde dijo que ella traicionó a Voldemort mintiéndole sobre su muerte, lo cual fue crucial para poder derrotarlo, fue declarada inocente y absuelta de todo cargo.

Los defensores de Draco dicen que lo que hizo Narcissa va a ayudar mucho a su proceso legal y que lo más probable es que sea absuelto de todos los cargos, sumado a esto están todos los testimonios a su favor: Harry, Ron, Hermione, Luna, el señor Ollivander y yo habíamos testificado a favor suyo en varias asambleas, en ninguna de ellas estuvo presente Draco.

Sin embargo esta vez será diferente, él estará presente porque hoy es su juicio, en donde se le dictará una sentencia definitiva, el destino de Draco estaba a instantes de ser dicho.

Justo ahora estoy en el tribunal 10 del ministerio de magia, el lugar parece una mazmorra más que cualquier otra cosa, las paredes son oscuras y las antorchas que hay alrededor apenas iluminan el lugar. Hay gradas hacia ambos lados, una silla vacía en medio y frente a esta hay más gradas con los bancos mucho más altos que el resto.

Poco a poco la sala comienza a llenarse de gente, pero mi mirada solo esta puesta en los miembros del Wizengamot que están ocupando sus lugares mientras hablan entre ellos, esas personas vestidas con túnicas moradas y bonetes negros son quienes han dictaminado la sentencia de Draco incluso antes de llegar aquí, ellos ya saben lo que va a pasar mientras yo estoy muerta de angustia.

Mi mirada viaja a la puerta de la sala, Narcissa está entrando con su mirada alzada, parece estar buscando a alguien. Rápidamente alzo mi mano y la muevo repetidas veces para llamar su atención. Nuestras miradas se encuentran y ella asiente mientras comienza a caminar hacia mi dirección.

A pesar de que su ropa es elegante como siempre, ella luce completamente diferente, ha cambiado mucho, la guerra, la muerte de su esposo, estar en Azkaban un mes, saber que su hijo está preso, todo eso ha dejado efectos notorios en ella, aun así su mirada sigue siendo amable y cariñosa.

Es la primera vez que la veo tan cerca desde que me fui de la mansión, cuando ella llega a mi lado la abrazo con fuerza.

—No sabes cuanto me alegra verte de nuevo —digo contra su oído.

—No creo que más de lo que a mí me alegra verte —acuna mi mejilla con su mano.

—Supe que cuando te liberaron fuiste a casa de tu hermana Andrómeda —nos sentamos al mismo tiempo. —Fui a buscarte pero me dijo que estabas descansando, no quise molestarte.

So close |Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora