So close |Draco Malfoy

Once

Draco

Despierto y una sensación de pesadez se instala en mi estómago, en unas horas más es la excursión a Hogsmeade, todo puede salir o muy mal o muy bien, sea cual sea, me siento igual de inquieto.

Entro al gran comedor y el ambiente está muy animado, todos están contentos por ir a Hogsmeade. Me siento alejado de todos, no quiero hablar con nadie, no quiero que nadie me hable, que nadie me note.

Cada vez que como un bocado siento unas ganas terribles de vomitar, mi pierna está subiendo y bajando frenéticamente por debajo de la mesa.

Busco con mi mirada a Elara y la veo sentada en la mesa de Gryffindor, en cuanto la veo siento como la opresión en mi pecho desaparece. Recuerdo nuestra platica de anoche y sonrío para mis adentros, se ve más abrigada que el resto de las personas que estamos aquí y la punta de su nariz está enrojecida.

Si yo fuese cualquier otro chico, podría acercarme con ella y la invitaría a Hogsmeade, para que no tuviera frío le prestaría mi abrigo el cual seguramente le quedaría enorme por su baja estatura, le haría bromas sobre el hecho de que parece un pavo relleno, le diría que su nariz roja es adorable.

Pero no soy cualquier otro chico, soy yo, soy el chico que ayer por la noche le lanzó un imperius a madame Rosmerta, soy el chico que si todo sale como lo planeó, habrá asesinado a Albus Dumbledore esta tarde. Ir a Hogsmeade en una cita con Elara, son cosas a las que alguien como yo no puede aspirar, son cosas que solo puedo soñar.

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Pasé cuatro horas en el despacho de la profesora McGonagall limpiando sin magia cientos de cubiertas de libros. No podía dejar de mirar hacía la puerta, sentía que en cualquier momento alguien entraría gritando que Dumbledore estaba muerto, pero eso nunca pasó y no sabía si alegrarme o preocuparme.

Entro a la sala común, la cual en su mayoría está sola, me dejo caer en un sofá con cansancio, solo tengo unos instantes de tranquilidad pues escucho murmullos de gente acercándose. Miro por el rabillo del ojo y veo a Crabbe y Goyle hablar emocionados en voz baja. Instantes después entra Pansy corriendo.

—¡No murió! La acaban de trasladar a San Mungo, págame —le extiende la mano a Goyle.

—¿Quién te dijo? —pregunta Goyle cruzándose de brazos.

—Escuché a la profesora McGonagall decírselo a dos chicas de Gryffindor —le contesta Pansy triunfante.

—¿De qué hablan? —me levanto del sofá y camino hacia ellos con nervios.

—¿No sabes lo qué pasó en Hogsmeade? —pregunta Goyle y yo niego con la cabeza. —¿Enserio no lo sabes? No puede ser todos lo saben.

—¿Cómo voy a saberlo si estaba cumpliendo un castigo, idiota? Dime que pasó —le digo con molestia.

—Katie Bell fue maldecida o algo así —dice Pansy. —La vieron flotando y retorcerse en el suelo como loca, dicen que tocó un objeto maldito, Goyle dijo que lo más probable es que murió si tocó uno, pero yo le dije que si hubiera muerto ya nos hubieran dicho a todos, apostamos y yo gané, me acabo de enterar que fue trasladada a San Mungo.

Pansy extiende su mano hacia Goyle sonriendo y el de mala gana saca de su bolsillo un par de galeones y se los da.

—¿Y cómo.... Como está? —pregunto con dificultad, de pronto mi garganta se siente más seca.

—Que importa como esté, lo que importa es que a Gryffindor le falta una cazadora ahora —dice Blaise con burla.

Pansy lo mira y ríe y después me mira mí esperando que me ría junto a ellos.