Llegamos a Emma's y en el casino había bastante gente, supongo que debe ser normal. No ha habido la misma cantidad de siempre cada que vengo y he venido más veces de las que me gustaría imaginar. Cruzamos la puerta y uno de los gorilas ni siquiera se molestó en mirarnos, solo abrió la cortina esa y nos dejó pasar.
Ella se adelantó y me quedé quieta un segundo.
—¿Cómo se llaman? —pregunté.
Los dos hombres me miraron, sí, hacia abajo, y fruncieron el ceño.
—Puede que venga muy seguido aquí y sería bueno conocerlos—agregué.
—William—me dijo uno con la voz gruesa.
—James—contestó el otro.
—Genial, Willy Wonka y James Bond—bromeé—me encanta.
No se rieron así que solo bajé las escaleras con tranquilidad. Megan y George ya estaban abajo, en uno de los sofás, a su alrededor estaban los demás. Charlotte estaba hablando con Louis cuando vio a Megan y se lanzó a ella en un fuerte abrazo.
Amanda y Aarón estaban en otro sofá junto a George y Ash. Quedaba otro sofá así que me senté ahí, puedo decir que sentí una mirada clavada en mi pero preferí no voltear. Meg se sentó a mi lado, comenzaron a hablar, no creí que se llevarían tan bien.
Los subestimé.
Megan y Ash son idénticos en cuanto a personalidad, ambos son graciosos y eso me agrada. George siempre ha tratado a Charlotte como a una hermana por lo que ahora está interrogando a Louis, Charlotte más que molesta se ve divertida.
En cuanto a los demás, bueno, Amanda no ha quitado su cara de amargada mientras que Aarón escucha las estupideces que dicen Ash y Meg, en cuanto a mi estoy viendo mi celular.
Seguramente dirán que soy asocial, pero la verdad es que he estado analizando un mensaje por más de dos horas seguidas. Papá me ha mandado un mensaje diciendo que debemos hablar urgentemente, no quiero responderle pero sé que es capaz de lo que sea en caso de que no lo haga. Jamás me manda un mensaje o ni siquiera suelo recibir al menos un email de su parte y que de pronto me mande uno así, es bastante raro.
No me percaté que ahora solo estábamos Aarón y yo en los sofás, los demás se han ido a la pista. Ni siquiera he tomado un solo trago. Tal vez desde ayer estoy algo distraída. El chico me miró con el ceño fruncido.
—¿Todo bien, princesa? —preguntó.
—Sí.
Suspiré pesadamente. El chico no dijo nada más, solo me miró mientras daba un sorbo a su bebida, apagué mi móvil y lo guardé en mi bolsillo.
—Normalmente me gusta verte molesta pero me está fastidiando tu cara de amargada—habló de repente—Ven.
Señaló el espacio del sofá a su lado y resoplé, poniéndome de pie. Tomé asiento a su lado y lo miré sin ganas.
—¿Qué quieres?
—¿Qué te aflige? —preguntó, directo.
—Nada —fruncí el ceño— ¿Ahora eres psicólogo o qué?
Puso los ojos en blanco—No te entiendo, me pides que sea amable, lo intento y te pones así.
Sonreí.
—Primero, me sorprende que siquiera lo hayas intentado, segundo, así soy.
—No me digas —ironizó.
Solté una suave risita, esta vez nuestra interacción se siente distinta. No veo esa chispa de ira en su mirada, me ha dicho que lo fastidio pero al menos trató de ser amable, es un avance. Un gran avance diría yo.
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Dangerous Love ©
Teen FictionSin duda enamorarse no estaba involucrado en sus planes, no, ella tenía claro lo que haría y a quienes involucraría. Pero claro, tenía que llegar la estupidez del amor y alborotar cada una de sus ideas. Su pasado aún atormentándola y sus sentimient...