CAPÍTULO XVII

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Te la pasas bien un rato y al día siguiente no soportas la cabeza, esto demuestra que nunca se puede ser demasiado feliz sin un poco de dolor.

Poético

Quién diría que el emborracharte te daría lecciones de vida.

Sin embargo el dolor de cabeza no es lo peor, es la amnesia y las locuras que seguro hiciste y no recuerdas. Porque justo ahora con ver en donde estoy me preocupa lo que haya hecho el día de ayer, estoy totalmente desnuda

Nah no se crean.

No estaba desnuda pero tampoco llevo puesta mi ropa, así que no sé si eso es en algún modo mejor. Me levanté de golpe de esa desconocida cama y vi la camisa que llevaba puesta encima, no tenía jeans, solo mi ropa interior.

¡Madre mía! ¿pero y ahora qué hice?

Tomé el edredón con ambas manos y lo analicé como loca esquizofrénica, después miré el resto del cuarto y definitivamente no es el mío. No están todos los poster en las paredes ni mi gran estantería de libros, no está mi ropa aventada en el piso ni mi hermosa y querida cama.

Pero lo raro es que Megan estaba a mi lado, más tiesa que una piedra, roncaba como los ogros esta mujer. La moví para que se despertara pero todos eran intentos fallidos, debo esperar hasta que la naturaleza haga su trabajo y la levante solita.

Me puse de pie y vi mi ropa tirada en el suelo, la tomé pero al instante hice una mueca de asco ante el espantoso olor que tiene. Está llena de vómito.

—¿Nos vamos?

—¡Sí!

—¡No! Déjense de estupideces

Maldita sea.

Recuerdos borrosos comenzando a aparecer. ¡Alerta roja! ¿Esas fueron las voces de Ash y Aarón? ¿Y cómo por qué se enojó cuando dije que me iría? Dios, necesito saber qué hice.

Ya recuerdo esta habitación, al menos eso es un avance. Es de la nueva casa de Meg y George, solo he venido unas cuantas veces pero suelo venir cuando se pelean. Supongo que es una de esas veces porque no está él aquí, en su casa, en su cuarto, en su cama.

Sospechoso

—¡Megan!—intenté despertarla de alguna manera—¡Megan!

—Mhm...—murmuró

—¡Megan! Despierta mugre estúpida—le grité de nuevo

—No...

—¡Me voy a comer la comida china!—grité

Se levantó de golpe y me lanzó una almohada a la cara, la cual no tuve la rapidez de atrapar y me despeinó aún más de lo que ya estaba. Si hay algo que a Megan le molesta es que le roben su comida y aún más cuando se trata de su favorita.

Podría ser capaz de matar a cualquiera que desee o si quiera intente robarle su comida. Apunten:

No molestar a Megan ni a su comida, no sale bien.

—Ni te atrevas—advirtió.

—¿Qué me ha pasado?—pregunté—¿Qué hago aquí?

—Te has dado una buena borrachera—se burló por lo bajo—No te acuerdas ni cómo has llegado, pasa el nombre de la bebida que yo también quiero.

Pongo los ojos en blanco ante su comentario. No recuerdo una sola estúpida cosa, eso ya dice mucho sobre lo que bebí, seguro he mezclado tragos o incluso terminado una botella entera.

No recuerdo la última vez que tomé tanto como ayer lo hice. Me doy pena ajena.

—No es broma—dije—dame el contexto por favor, quiero saber que estupideces hice.

Dangerous Love © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora