CAPÍTULO XLIV

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Blake Steele

El perder a mi mamá me ha dolido, sentí y sigo sintiendo un gran vacío en mi pecho, y no creo que deje de sentirlo algún día pues mamá marcó una gran parte de mi vida. Así que quiero recordarla con alegría, quiero que al pensar en ella no duela el hecho de que ya no esté aquí, así que me esforzaré en seguir adelante porque eso es lo que ella habría querido.

Gracias a Aarón pude recuperar parte de mi fuerza, logré ponerme de pie y no quedarme derrumbada, le debo mucho y eso lo sé. No sé qué habría hecho si no hubiese estado conmigo, me siento fatal por haber alejado a todos y aunque sé que no se fueron, me siento triste por no haber permitido que me ayudaran.

Mamá siempre fue una segunda madre para Megan y no puedo creer que fui egoísta con ella, necesito verle, hablar con ella sobre todo y pedirle perdón. Cuando regresamos del viaje fue lo primero que hice, fui con ella y le conté todo.

—En verdad lo siento—le dije.

—No te preocupes, no puedo ni imaginar por lo que pasaste—murmuró.

—La extraño demasiado, Megs—susurré—pero sé que ella no querría que le llorara a su recuerdo.

—Exacto, debes continuar, oh como la voy a extrañar—soltó un sollozo.

—También yoy no quiero que vuelva a pasar nada como eso de nuevo—confesé—debo contarte todo, Meg.

—¿De qué hablas?

—Sabes de qué hablo

Finalmente pude contarle todo, comencé con Charlotte y ahora debía ser Megan, si por los secretos mamá salió herida nadie más lo hará. Tal vez no haya sido por eso pero quiero que Megan lo sepa, que no piense que lo de mamá fue un accidente, porque no ha sido así.

La reacción que me dio fue la que esperaba, Megan había dado indicios de conocerme muy bien aunque nunca creí que fuese tan bien, resulta que ella lo sospechaba pero no quería apresurarse ni crearse ideas horribles en su cabeza. Cuando finalmente se lo conté me abrazó y me dijo que estaba orgullosa de mí.

Debo admitir que también estoy orgullosa de mí.

Luego de verla volví a casa, no a la mía, a la de Aarón. Pasamos un rato ahí, creí que sería raro después de lo que pasó en Paris pero no fue así, en realidad creo que la confianza del uno con el otro incrementó.

Al fin me siento lista para contarle todo, ya no tengo miedo a que me juzgue o se aleje, me dolería mucho si lo hiciera pero sé que él no es así. Lo conozco bien como para saber que jamás haría algo así y tengo la seguridad de que me dirá aquello que guarda también cuando se sienta preparado.

Al día siguiente fui a la oficina, hacia ya tiempo que no iba, y si no fuera porque conozco al jefe y he participado en lo que hace no creo que me hubiesen permitido faltar tanto.

Aarón fue convocado a una reunión fuera de la empresa pero prometió volver temprano para volver juntos, todas esas barreras que tenía cuando lo conocí ya no existen más, y estoy muy feliz por ello. Estuve un par de horas trabajando en unos cuantos proyectos pendientes cuando se me ocurrió ir a por un café, así que ordené todo y me dirigí hacia la salida.

Cuando iba de camino me topé con un hombre, llevaba un bastón en la mano y unos lentes oscuros, ahí fue cuando me di cuenta de que era ciego y corrí a ayudarle. Lo tomé del brazo para guiarlo por el lugar.

—Muchas gracias jovencita—habló.

Tenía una voz gruesa, el cabello blanco y peinado hacia atrás, llevaba un traje gris muy elegante, por alguna razón se me hacia conocido. Sonreí con la boca cerrada y me di cuenta de que él no vería eso, quise golpear mi cabeza por bruta.

Dangerous Love © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora