A "celebrar" yo me imaginaba ir a un bar a emborracharnos no a un casino bastante aburrido para mí.
Sí, Jace acaba de traerme a un casino donde yo no sé ni jugar, solo voy a ver como pierden y ganan los demás. Ahora mismo estoy en la barra de bebidas mientras Jace está apostando a lo loco.
—¿Pero si este es pendejo o se hace? —escuché a uno decirle a otro.
—¡Métete las cartas por el culo! —otro gritó.
Mientras tanto yo estoy con cara de culo en la barra tomando un Martini bastante aburrida.
Estar con cara de culo es tu profesión.
Suspiré y me acomodé en mi asiento para poder ver lo que fuera menos a los hombres en frente de mí. A lo lejos vi una clase de cortinas cubriendo algo y me le quedé viendo.
Se veía luz por allá así que me levanté y me acerqué. Jace ni cuenta se dio que me levanté, por lo que procedí. Al llegar, justo antes de entrar, unos hombres en traje demasiado altos cubrieron la entrada obstruyendo el paso.
—¿Tiene reservación? —me preguntó uno mirando abajo.
Me gana con toda la cabeza y más, malditos jirafas.
—No sabía que debía tener una, ¿Qué hay ahí?
—No puedes entrar—fue lo que contestó.
Me habría ido y nada hubiese pasado pero en eso escuché música y me entró la curiosidad. No sé cómo se hace reservación ahí o qué es ahí.
Justo cuando me iba de ahí dentro, salió la persona que menos me esperaría. El chico de ojos esmeralda. Portaba ese aspecto elegante, con su traje negro totalmente a la medida.
Cuando su mirada captó la mía, me recorrió de pies a cabeza y soltó una sonrisa torcida. Se acercó a mí después de decirle algo a uno de los guardias, algo que no alcancé a escuchar.
—¿Ahora me estás acosando? —preguntó burlón, sin mirarme.
—No todo gira al rededor tuyo—recalqué.
Desvió su mirada a una de las tantas mesas de póker y después me miró de nuevo.
—¿Qué haces tú aquí entonces? —preguntó remarcando la palabra tú.
—No es de tu incumbencia.
—Cierto—tomó la bebida de la barra que acababa de pedir y volvió a hablar—¿No sabías que vendrías aquí cierto?
Fruncí el ceño—¿Eh?
—Todos aquí vienen de traje y vestidos, tú... Vienes de jeans.
Miré a mis lados y era verdad. Todos estaban demasiado elegantes, incluso Jace y yo solo estaba con un pantalón y mi chamarra de mezclilla. No encajaba muy bien. Lo malo de no saber a dónde te llevan.
—¿Y? —me crucé de brazos.
Se encogió de hombros y dio un trago a su bebida—No me importa. Debo irme.
—Oye... ¿Qué hay ahí? —pues ya de paso que sirva de algo que esté ahí.
—No es de tu incumbencia—sonrió.
Suspiré y me senté enojada en una silla dándole la espalda. No conté con que me seguiría pero ahí estaba a un lado mío, viéndome divertido.
—¿Qué me ves? —irritada pregunté
—Ven.
No debí seguirlo, pero cuando se dirigió a las cortinas esas me levanté en automático. Lo dejaron entrar sin problema y por alguna razón a mí también. Al pasar las cortinas había unas escaleras que daban a un lugar bastante... ¿exótico?
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Dangerous Love ©
Roman pour AdolescentsSin duda enamorarse no estaba involucrado en sus planes, no, ella tenía claro lo que haría y a quienes involucraría. Pero claro, tenía que llegar la estupidez del amor y alborotar cada una de sus ideas. Su pasado aún atormentándola y sus sentimient...