CAPÍTULO XLI(Parte 2)

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En cuanto escuché los pasos acelerados por el pasillo supe que era hora de entrar en acción. Tenía esto planeado y juro que se ve genial en mi cabeza, espero luzca igual en la vida real.

—Esas malditas—escuché a alguien musitar—nos vieron la cara de idiotas.

Ya estaban cerca, era hora de salir. Les hice una señal a las chicas, asintieron con la cabeza. Salimos de nuestro escondite, Megan traía un bate en la mano mientras que Amanda y yo llevamos cuchillos y navajas.

Comenzamos a caminar hasta que los encontramos justo frente a nosotras, con un porte seguro e irritable. Sus rostros mostraban cuan molestos se encontraba, si tan solo pudiesen ver los nuestros, llenos de satisfacción, estarían rojos de la rabia.

El hijo de los Miller soltó una risa burlona en el momento en el que nos vio, negando repetidas veces con la cabeza. Pronto volvió su semblante molesto y de odio.

—¿Se creen muy rudas? —musitó—Aprovechen pues pronto no será así.

Idiota.

Amanda soltó una risita y aclaró su garganta, dispuesta a hablar.

—Aprovecha el poder caminar—murmuró—pues pronto no podrás.

—Hija de...

No logró terminar su frase pues Amanda lanzó una navaja, la cual aterrizó en su muslo, haciendo que soltase un quejido. Los otros se acercaron rápidamente hacia nosotras, enfurecidos, como animales al ataque. Al momento en el que uno se acercó hacia Megan, ésta en reflejo, ha soltado un chillido y lo golpeó con el bate.

El muchacho quedó aturdido, el que vino hacia mí me tomó por sorpresa. Llevaba la navaja misma que le habían clavado al primero en la mano. Me hizo un ligero rasguño con ella en el brazo, no logró clavarla a profundidad pues me giré, tomando su brazo por sobre mi hombro y elevé mi brazo para estrellar mi codo contra su cara.

Su nariz comenzó a sangrar al instante, Megan intentó golpear de nuevo al mismo chico pero detuvo el bate a medio camino con una mano y la empujó hacia atrás, estuvo a nada de golpearla en el estómago con su pierna pero una patada en la nuca por parte de Amanda lo detuvo. Cayó inconsciente al suelo, tremendo golpe en la cara se ha dado.

—Vas a pagar por esto, perra—dijo el chico al que golpeé en el rostro.

Me tomó por detrás, enrollando su antebrazo en mi cuello, absteniéndome de respirar. Su agarre era bastante fuerte, por más que forcejeara no lograba escapar, Amanda y Megan intentaban mantener a raya a Miller por lo que no podían venir a ayudar.

Alcé mis piernas, ligeramente plegadas para ganar impulso, casi como si quisiese dar una vuelta hacia atrás. Rápidamente las estiré hacia el frente, como en forma de salto, y cuando tocaron el suelo me agaché ligeramente, haciéndome hacia delante. Por la fuerza de gravedad el chico se fue hacia delante y cayó de espaldas frente a mí.

Una vez recuperado el aire perdido, me giré hacia las chicas para ver qué tal les estaba yendo. Me llevé una sorpresa cuando vi que ahora había tres hombres más de seguridad. Miller estaba tirado en el suelo, sangrando demasiado, se notaba bastante herido como para seguir luchando.

—¡Blake! ¡Ven acá ya! —me grita Amanda.

Corrí hasta los hombres, cada una se decidió por uno, comenzamos a recibir y dar golpes los unos con los otros. Megan no es experta en eso de luchar pero admito que bajo presión puede hacer lo que sea. Amanda es demasiado buena, se nota la experiencia que tiene.

En cuanto a mí, tuve que aprender a defenderme sola por orden de mi padre. Estuve un par de años pero lo dejé pues no me gustaba, no creí que fuese a ocuparlo en un futuro.

Dangerous Love © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora