CAPÍTULO XL

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Eso ha sido una ruleta de emociones, habría pensado que estaba embarazada de no ser porque no he tenido relaciones. Aunque ahora me siento mal por haber actuado de manera tan inmadura.

No puedo mantener a raya mis emociones e inseguridades, he llegado a aprender que mientras más trates de enterrarlas con más fuerza van a salir a la luz. Tal como las mentiras, una tiene un impacto menor, pero una vez que empiezas ya no puedes parar.

Lo de hace rato me ha dejado la cabeza hecha un revoltijo, cada dulce palabra que salió de su boca se ha quedado impregnada en mi mente, cada roce grabado en mi piel y cada beso tintado en mis labios. Su mirada cautivadora, su sonrisa torcida, sus abrazos cálidos, todo guardado en mi corazón como si dependiese de ello.

Me hace sentir que no lo merezco.

Llegamos a casa, tuvimos que huir de aquella fiesta pues una mujer nos vio desde lejos. Se asustó y comenzó a gritar como una loca. La seguridad no tardó en llegar pero para ese momento ya nos habíamos ido.

Logró ser un escape fácil, no hubo persecución alguna.

Me había quedado dormida sobre su hombro, su brazo me mantenía firmemente pegada a él. No quería moverme, pero una llamada entrante me hizo tener que hacerlo. Revisé mi móvil y era mi madre, contesté la llamada, me acomodé de manera erguida.

—¿Alo?

Cariño, ¿cómo estás?—pregunta, con su cálida y dulce voz.

—Bien, creo. ¿Tú?

Demasiado bien, si soy sincera—su alegría me desconcertó un poco.

Hace un día estaba molesta por mi relación con Aarón y ahora resulta estar feliz. A veces no comprendo a ésta mujer.

—¿Por qué? Si se puede saber, claro.

Hubo un largo silencio, un suspenso apoderándose del ambiente. Me estaba poniendo de los nervios que tardase tanto en contar una sola cosa, es completamente innecesario todo ese suspenso.

Ni que le fuese a dar emoción al asunto. ¿Verdad?

—Es algo muy bueno, Blake.

—Ya va, lo entiendo, pero si no me dices ¿cómo quieres que sepa?—me quejé.

—Ya conseguimos el dinero Blake, todo está arreglado—soltó de pronto.

Quedé pasmada. Me quedé mirando a la nada, esperando que fuese mentira. Debería estar feliz por esto, pero al contrario, me siento fatal. Siento que mi corazón duele.

Hace unos meses hubiese estado brincando de felicidad, hace unos meses hubiera dejado todo al instante y salido corriendo. ¿Ahora? Ahora no sé qué es lo que debo hacer. No tengo idea de cómo sentirme.

¿Blake? ¿Escuchaste? Ya estamos a nada de ser libres—repitió—¿No me digas que estás así por ese chico?

No podía responder, teniéndolo a mi lado es más difícil. Ver su expresión de confusión y preocupación en este momento me destroza el corazón, no quiero dejarlo, no ahora.

—Mira, amor, yo sé que el corazón puede enamorarse de quien sea, no puedes evitarlo. Así me pasó con tu padre y mira como resultó. No estoy diciendo que te sucederá lo mismo, solo quiero que pienses bien todo esto, medítalo.—pidió—Es verdad que ese chico no me da buena espina, me parece familiar, pero no niego que ha sido bueno contigo. Solo no quiero que eso afecte todo lo que planeaste.

—Lo sé

No quiero que te sientas presionada, no haré eso, te esperaré hasta que decidas y ten por seguro que te apoyaré.

Dangerous Love © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora