Capítulo dos: Gris.
Draco Malfoy
—Por favor, lo suplico. Detente —imploró.
La sangre corría por su boca, detallando sus dientes amarillos y astillados.
—Has desobedecido a nuestro señor —repetí—. Tus plegarias ya no sirven.
—Lo lamento mucho —susurró el hombre de mediana edad.
Sus ojos ardían en súplicas, pero nada haría cambiar mi mandato.
—Avada Kedavra.
El cuerpo cayó al suelo, inerte. Al igual que el cielo se veía gris.
Se ha visto así desde hace seis años.
Se ve así desde que ella se fue.
—Uno menos —murmuró Riader—. Aún nos quedan...
La marca se movió sobre nuestra piel, manteniéndonos en el silencio de nuestras maldiciones. Luego de tantos años, la marca ya no era sólo una serpiente emanando de la calavera. Ahora, la silueta estaba rodeada de líneas negras que parecían ser ramas venosas esparciendo su color por todo mi brazo.
Thomas, que ya no lucía como el adolescente de diecinueve años, graduado de Hogwarts, me dio esa mirada fría tan característica que conocí durante años.
—Vamos —emitió volviendo a poner la máscara sobre su rostro.
Lo vi desaparecer frente a mis ojos.
Hogwarts...
Me tensé cuando su figura vino a mi cabeza.
«—Lindas marcas —sonreí con picardía.
Su cuello estaba lleno de ellas, aunque intentara ocultarlas, eran exageradamente visibles. Y aunque no se lo habría dicho, tenerla a mi lado esa noche, había sido un respirar dentro de tanta mierda.
Ella mordió su labio inferior mientras negaba con la cabeza.
Ahí fue cuando me observó directamente a los ojos. Vio más allá de lo que ocultaba, como yo logré hacerlo con ella. Encontré la angustia en sus pupilas dilatadas, había amargura en su sonrisa mientras se apagaba poco a poco. Simulé no haberlo visto, porque enseñar lo que sucedía en mi interior no era lo mío.
Ni yo lograba comprenderlo.
Estaba frente a ella, mirándola fijamente a esas pupilas enamoradas y decaídas. Dejé mi mano sobre su muslo y la otra en su mejilla, queriendo que viera la sonrisa que yo estaba fingiendo. No quería verla llorar cuando sus ojos se volvieron cristalinos.
Queríamos olvidar, pero nada podría hacerlo.
Deslicé mi pulgar por su labio inferior mientras me acercaba lentamente. Pregunté en silencio si podía besarla, como si fuese a romperse en mil pedazos. Necesitaba su tacto. La besé con todas las emociones que estaba atrapando en mi garganta. Y cuando me alejé para verla a los ojos, escondió su rostro en mi cuello. La sentí respirar profundamente. Sus brazos me rodearon con fuerza, quebrando mi pecho en dos.
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"The Little Dorks" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼
Fanfiction💛 Segunda parte de la bilogía |Draco Malfoy| 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 Si Chiara y yo habíamos vivido la faceta agónica de su significado, la que volvió a brotar luego de años, tenía un enigma diferente. La era de la oscuridad decidió aso...