𝐕𝐈𝐈𝐈

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Capítulo ocho:  Las Profecías

Capítulo ocho:  Las Profecías

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Draco Malfoy

Es real... Aún existe un último Horrocrux.

Es real...

Aún existe un último Horrocrux.

Un último Horrocrux.

Las palabras de Hermione picaban una y otra vez dentro de mi cerebro. Una y otra, una y otra. Estaba por volverme loco. Ninguna palabra había salido de mis labios desde hace algunas horas, ni una.

Todo estaba destruido y Voldemort estaba delante de ella.

Se despidió antes de que la luz los consumiera.

Tenía los ojos verdes.

Ella tenía el amuleto.

Chiara me había hablado de sus visiones una vez, o varias. Ya no podía recordarlo con claridad. Yo había creído que estaba tan asustada, como yo, que su propia mente había decidido jugarle mierdas. Pero no fue así. El miedo en sus ojos me había jurado que era verdad, que las tenía y que podían ser reales. Que lo eran. Que realmente lo eran.

—Los Horrocruxes fueron destruidos, Hermione... —mascullé.

—Escúchame un maldito segundo —me detuvo—. Yo destruí esos malditos pedazos de su alma, junto a Harry y Ron. Los destruimos, uno por uno. Harry mató a Voldemort en la guerra...

—Si existiesen otros Horrocruxes lo hubiésemos sabido.

—¿Y si no? ¿Y si ni siquiera el mismísimo Voldemort hubiera sabido dónde encontrarlo?

Me giré hacia ella, tenso.

—Granger...

Decidido, busqué alejarme hacia el pasillo para salir de la biblioteca.

—¿Y si Chiara estuvo en contacto con él y por eso desapareció?

Me detuve, casi con el corazón en la garganta y el alma en los pies. Pero la castaña continuó hablando.

—Voldemort buscaba algo, ni siquiera él sabe qué es. —Oí su voz angustiada y fría—. ¿Y si no buscaba solo el amuleto de la familia Dorks? ¿Si Severus Snape sabía algo? Tenía... Tenía una teoría...

—¡Ya basta, Hermione! —Me devolví ahí ella, pasmándola.

Mi pecho subía y bajaba como el suyo, y ni siquiera eso la detuvo.

—Puede haber un Horrocrux desaparecido, uno que Voldemort busca como un maldito felino. No puede tenerlo, no hay manera porque está muriendo. La quiere a ella porque cree que puede tenerlo. ¿Y si no es así? ¿Y si Chiara no puede darle lo que quiere y se deshace de ella, luego de todo lo que perdimos? ¿Luego del dolor que hemos tenido que vivir nosotros y el que está viviendo ella? —Se acercó a mí, penetrando mis ojos—. Ese maldito pedazo de su alma puede resolvernos la vida si lo encontramos.

"The Little Dorks" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora