𝐕𝐈𝐈

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Capítulo siete: El origen de una alianza

Capítulo siete: El origen de una alianza

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Draco Malfoy

—Mierda...

Sisee por el dolor de cabeza. Sentía que me la habían partido a la mitad, mezclándolo con el mareo y las náuseas. Tosí varias veces, buscando moverme hasta que el sonido de las cadenas llegó a mis oídos. Y luego sentí la frialdad de aquellas. Fruncí el ceño e intenté enfocarme en el lugar; en las paredes gastadas o en el suelo que se asimilaba al cemento de una celda. La máscara no me cubría el rostro.

—¡Ya había dicho que no tengo nada que ver! —Oí gritar desde lejos—. ¡Hermione!

—¡Silencio!

—¡Suéltenla!

Rehentt. Esa era la voz de Rehentt.

Mi trasero estaba en una silla vieja, frente a una puerta negra en el pequeño espacio. Éramos la silla, las cadenas, la puerta y yo. Nada más. La madera se abrió de golpe, punzando mi cabeza, además del grito que llegó después.

—¡Rápido, encárguense!

Me desencadenaron, únicamente del asiento, con un hechizo en el que no pude concentrarme. Me arrastraron a empujones, haciéndome más clara la mente. Las túnicas cubrían sus rostros y anatomía, a excepción de sus manos y el tono de voz que me sonaba familiar.

Aquellos túneles altos con puertas similares, muros de piedra y antorchas colgadas, me recordaron a las Mazmorras.

—Sin empujar —me quejé.

—Cuidado con Malfoy, para él tenemos la guillotina —dijo quien parecía ser el cabecilla.

—Quise soltar a su compañera para no matarla y así me lo pagan.

Recibí un golpe en el labio, probando así mi propia sangre.

—Silencio, "BlackSoul", aquí no tienes a tus ratas o a la reina.

Bufé al respecto.

—Si dejaran de zarandearme, sería mejor —masculló Thomas, el sonido rebotando por las paredes de varios metros delante de mí. Doblando hacia el pasillo de la izquierda.

—¡Ya suéltame! —exclamó Pansy desde alguna otra parte del túnel.

—Cállate o te callamos nosotros —contestó alguien más.

Nos llevaron hasta otra habitación, donde nos sentaron y rodearon en el suelo para mantenernos quietos. Cuatro paredes grises que parecían estar por desplomarse en cualquier momento de la vejez. Allí estábamos Pansy, Thomas, Rehentt, que lucía pálido, y Hermione. Ella no estaba encadenada, pero tenía a alguien detrás, controlándola.

¿Así que esta era la nueva teoría que podría ayudarnos?

—¿Lograste que te salvaran, Granger? —Respiré profundo, con la voz ronca—. Creía que con nuestro acuerdo y, dadas las circunstancias, estabas cómoda en la mansión. Bien hecho.

"The Little Dorks" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora