💛 Segunda parte de la bilogía |Draco Malfoy| 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼
Si Chiara y yo habíamos vivido la faceta agónica de su significado, la que volvió a brotar luego de años, tenía un enigma diferente.
La era de la oscuridad decidió aso...
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Chiara Dorks Snape
Siempre.
Recordaba esa palabra de mi padre, incluso de mi madre. Recordaba esa palabra de Draco, de mí, de todas las cosas que habíamos vivido. De absolutamente todo. De lo de siempre. Esa misma palabra con la que mi padre había amado a Lily Potter, la misma palabra con la que mi padre amo a mi madre y a mí. Palabra con la que había amado lo poco que tenía. Nosotros siempre tuvimos esa palabra para amar lo poco que teníamos. Siempre nos mantuvo juntos, mantuvo nuestras promesas. Mantuvo un siempre.
Nos sostuvo todo. Nos sostuvo siempre.
—¿Qué sucede si me eligen en Ravenclaw? ¿O en Gryffindor y Hufflepuff?
Observé sus ojos verdes, repletos de dudas. Su cabello era tan rojizo como el mío, la sangre dorada corría por sus venas. Uno de los pocos jóvenes en el mundo que poseen su magia.
—Oliver, cualquiera de las casas en las que quedes, tendrán mucha suerte de tenerte. Sea Ravenclaw, Slytherin o cualquiera. Estaré orgullosa de ti, en la que seas elegido. Siempre lo estaré.
Su sonrisa creció, aunque se mantuvo dudosa.
—¿Crees que papá se moleste? Sé que él era importante en Slytherin, ambos eran Prefectos. —Jugó con sus manos—. ¿Seguiré viéndote aunque no lo sea?
—Claro que seguirás viéndome, Cariño, no solo estaré ahí para Slytherin.
Draco abrió la puerta, seguida de la pequeña Lyra. Ella tenía el mismo cabello platinado de su padre, los mismos ojos grises y ambiciosos.
—Es obvio que quedaré en Slytherin, es indiscutible.
Le sonreí, negando con la cabeza.
—¿Por qué estás tan segura?
—Cumplo con todas sus características.
Draco rio mientras cruzaba sus brazos. Lyra llevaba el cabello trenzado, mostrando los dientes con su más actuada sonrisa egocéntrica. Oliver entrecerró sus ojos y formó una serie de tiburones pequeños, hechos de partículas brillantes, que la molestaron.
—¡Deja de atacarme con tu magia!
—Oliver... —advertí.
Los deshizo al instante.
—No debo utilizar mi magia para molestar, lo sé...
Me acerqué a Draco, tomando su mano.
—Oliver tiene miedo de decepcionarte —bajé la voz—, está preocupado por no quedar en Slytherin.
—¿Por qué creería eso?
—Todo es nuevo para él, es normal que esté asustado.
Sus cejas se fruncieron, preocupadas. Siempre había tenido miedo de que ambos pensaran que serían una decepción para nosotros. Teníamos miedo de que pensaran que no estaríamos ahí para ellos.
