"Por siempre"
—¡Porque contigo siempre es lo mismo, Tyler!
Draco presionó sus labios, observándolos a ambos. En cuanto escuchamos el griterío, nos asomamos por la ventana.
—Voy a matarlo.
—No lo harás —lo detuve—. Tiene quince años, puede defenderse sola.
—¡Lyra, ya te he dicho que no es lo que tú piensas!
—Es un idiota... —masculló.
—Es igual a ti —rodé los ojos.
—Yo no era así de imbécil.
Me giré hacia él.
—¿Eso crees? Vivíamos gritándonos y peleando cada vez que podíamos. Ahora, nuestra hija heredó tus celos.
Lyra apartó su cabello rubio, detrás de sus orejas, y centró sus ojos grises en el chico pelinegro.
—¡Siempre quieres arruinar mis relaciones! Nunca has podido superarme, y lo entiendo completamente, pero ahora que estoy más que feliz con otra persona, ¿necesitas arruinarlo todo? —recriminó ella.
—Estás saliendo con él a propósito, ¡lo besaste frente a mí cuando creíste que salía con Hannah! Es mi mejor amiga, Lyra, no tengo nada con ella. Pregúntale a tu hermano si quieres.
—Y aprendió de tus encantos, claramente —me contestó Draco, tenso con el pobre chico que intentaba convencer a la niña más testaruda.
—¿Así que no tienes nada con ella? —se cruzó de brazos, sin bajar la guardia.
—No, claro que no.
—¿Se está poniendo interesante, no es así?
Oliver salió por la puerta del balcón, junto a nosotros. Tenía uno de sus libros en mano. Desde que comenzaron las vacaciones, no despegaba su vista de las hojas. De pequeño solía ser algo revoltoso, ahora era el único que mantenía la calma.
Se quitó los lentes de descanso para poder ver a su hermana discutir con el chico del que estuvo enamorada durante estos dos últimos años. Igualita a su padre, la única manera de expresar sus sentimientos, era mediante los celos y las discusiones.
—Lo de siempre —asentí—, aunque esta vez se van a reconciliar.
—No estoy saliendo con Callum —admitió.
—Podríamos haber evitado todo esto si me hubieras dicho la verdad —Tyler también se cruzó de brazos, relajado.
—No habría sido divertido —sonrió, dejando que el pelinegro negara con la cabeza.
Él acortó la distancia entre ambos, besándola con delicadeza.
—Voy a bajar —murmuró el rubio antes de largarse, sin darme tiempo a detenerlo.
—Ahí va... —negó Oliver, formando una pequeña ave que se dirigió hasta los enamorados. Se separaron antes de que Malfoy comenzara su monólogo de padre que quiere lo mejor para su pequeña—. Siempre tengo que rescatarlos de lo peor.
—Te entretiene hacerlo, Oliv, no mientas.
—Un poco —sonrió mientras dejaba un brazo sobre sus hombros—. Papá y tú eras peores, ¿cierto?
—Y no teníamos a nadie que nos detuviera. Fuimos el peor ejemplo para todo.
—Pero, aún así, fueron héroes... Y lo seguirán siendo.
Besé su cabeza, era casi tan alto como nosotros. Me observó con orgullo. Oliver siempre fue el primero en preguntarnos sobre todas las cosas que habíamos hecho antes de casarnos, antes de que Voldemort muriera. Le fascinaba aprender sobre todo lo que pudiera, incluso sobre la magia dorada que recorría sus venas.
Cuando era niño, cada vez que nos veía en sus cromos, los guardaba en una caja.
Lyra, a diferencia de su tranquilidad cuando era pequeña, tenía demasiado coraje. Todo podía convertirlo en una discusión y salir ilesa si su contrincante no era tan rápido como ella. Fuera de toda esa coraza de grandeza que tenía, había una chica llena de miedos. Repleta de inseguridades.
Siempre fue más apegada con su padre, por lo que me costó un poco encontrarle una grieta a su carácter. Al final, a puertas cerradas, se desmoronaba en mis brazos, buscando consuelo.
—Vayamos a ver lo que está diciéndoles este hombro con el que me casé.
Bajamos las escaleras y pasamos el umbral, donde Malfoy observaba con cautela al muchacho. Ya no estaba tan tenso. El pelinegro presionó sus labios al verme, extendiendo su mano.
—Tyler Yaxly. Es un placer volver a verla, Profesora.
—Dime Chiara, por favor. El placer es mío —acepté su mano—. Parece que ya has conocido a mi esposo, espero no haya causado ningún tipo de molestia —observé a Draco con los ojos entrecerrados. Su mano se deslizó por mi cintura, negando con la cabeza.
—Para nada—contestó luego de saludar a Oliver, su mejor amigo desde el primer año—, de hecho, se parece bastante a su hija.
Sonreí al respecto. Lyra volvió a cruzarse de brazos, observando a su padre, pidiendo que no la avergonzara.
—Es hijo de Astoria Greengrass, del Ministro de magia.
—Así es —asintió, pasando una mano por su cabello.
La rubia lo observó con sus ojos brillantes.
—¿Por qué no te quedas a cenar, Tyler? —cuestionó Draco, repasando con la mirada.
Oliver presionó sus labios, intentando no reír.
—Claro, sería un placer, Señor.
—Pasa entonces.
—Con permiso.
—Ven, te enseñaré la casa. —Oliver lo guió por el interior, dejándonos fuera un momento.
—No me avergüences, papá, por favor te lo pido —rogó.
Se cruzó de brazos, exhalando.
—No lo haré, Lyra, sólo quiero darle la oportunidad de ganarse mi confianza.
—No permitiré que arme un escándalo —le guiñé un ojo.
—Gracias —susurró, sonriéndome antes de hacerlo con su padre también—. Es bueno, se los prometo.
—Lo sabemos —apartó su cabello, guiñandole un ojo antes de dejarla ir.
La observó antes de girar se hacia mí. Dejó sus manos en mi cintura antes de besarme, enredando mis brazos en su cuello.
—Debes aceptar que han crecido.
—Me aterra que lo haga como nosotros.
—A mí también —asentí—, pero ya no hay peligros y no somos como nuestros padres. Si algo pasa, estaremos ahí para ellos, eso es lo importante.
—Lo sé —volvió a besarme—. Estaremos ahí para ellos.
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"The Little Dorks" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼
Fanfiction💛 Segunda parte de la bilogía |Draco Malfoy| 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼 Si Chiara y yo habíamos vivido la faceta agónica de su significado, la que volvió a brotar luego de años, tenía un enigma diferente. La era de la oscuridad decidió aso...