𝐗𝐗𝐕𝐈

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Capítulo veintiséis: Two Slow Dancers.

Capítulo veintiséis: Two Slow Dancers

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Chiara Dorks Snape

—¿Estás segura de que no quieres hacerlo con magia? —preguntó Rehentt, frunciendo el ceño hacia el enorme árbol de navidad.

—Hasta que nuestra altura ya no sirva... —me alejé para intentar ver el final, el cual era más prominente que nosotros cuatro juntos—. Jamás tuve un árbol tan... ¿Qué es este tipo de lujo, Malfoy?

—No tengo idea —se encogió de hombros—. Mi madre lo compró una navidad y jamás volví a verlo. No recuerdo la última vez que armé alguno.

—Que aburrido suena eso, Malfoy —Rehentt negó con la cabeza.

—Bueno, somos cuatro personas, supongo que podemos armar la primera parte de... Un metro y medio del árbol, al menos.

Hermione mordió su labio inferior, trayendo la última caja que tenía más polvo que cartón.

—Intentémoslo.

Rehentt sacó su varita e hizo que el roble fuera más pequeño.

—Lo siento, no quiero morir en el intento.

—Es un indefenso árbol de navidad, Rehentt —se quejó Granger, hilarante.

Abrí una de las cajas junto a Draco, hasta que los adornos flotaron y se acomodaron entre las ramas. Lo observé con molestia.

—¿Qué tiene de entretenido hacerlo con magia?

—¿No perder tiempo en poner adornos a un roble?

—Aguafiestas —rodé los ojos.

Tomé los adornos de otra caja y decoré la primera parte del árbol, junto a Rehentt. Pasamos la siguiente hora desenvolviendo adornos, aunque algunas personas hicieron trampa. Cuando creía que no lo estaba viendo, Draco sacaba su varita y, un segundo más tarde, su lado estaba terminado. Cuando terminé con el mío, Rehentt se acercó a Hermione y se tomó el tiempo de ayudarla y reír como dos enamorados.

—Creo que sobramos aquí —susurró Draco a mi lado.

—Dejémoslos solos un momento —tomé su mano y nos dirigimos hasta la cocina, espiándolos un momento.

Recosté mi espalda cerca del umbral y saqué mi varita del bolsillo. Mientras ambos conversaban, hice que un retazo de muérdago cayera sobre sus cabezas, y me escabullí de la mirada acusadora de Rehentt. Aunque, en vez de presentar alguna queja, ambos se observaron un segundo y sonrieron antes de besarse.

—Esos dos ya han hecho más que besarse, Cupido —Draco sonrió, negando con la cabeza mientras se servía un vaso con agua.

—¿Se han acostado? —Abrí los ojos de par en par.

"The Little Dorks" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora