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Capítulo veintidós: Nuevos demonios.

Capítulo veintidós: Nuevos demonios

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Chiara Dorks Snape

Fallé al creer que se largaría rápido.

Anoche

Me quedé observando a Draco un largo rato mientras él llevaba los platos al fregadero. Sus ojos grises observando el agua, ocupados en la labor.

—¿Desde cuándo lavas los platos? ¿Y... sin magia? Tampoco vi elfos desde que llegué, Malfoy.

Entrecerró sus ojos hacia mí, simulando odiarme.

—Quería estar sólo, y dejé de querer ser tan inútil. Quise hacer las cosas por mi mismo. Vivir con Mestizos y Sangre sucia me mal acostumbró.

Tomé asiento sobre el mármol para poder verlo mejor.

—Tus hijos serán Mestizos, Malfoy. Y no creo que puedas odiarlos.

Mi corazón latió demasiado rápido ante una suposición que no pensé demasiado antes de soltar. Draco detuvo lo que estaba haciendo, dejándome a la expectativa de su mirada indescifrable. Tragué saliva, más nerviosa de lo que debía estar en realidad. Pero ambos estábamos tan sumergidos en el ahora, que no habíamos imaginado tanto un futuro. O no nos dijimos lo mucho que cada uno deseaba formar una familia y poder ser felices.

Lo mucho que yo deseaba casarme y vivir en una casa similar a la de mi niñez.

Secó sus manos con un trapo seco y me bajó de un tirón para besarme. No era de la misma forma que hace un rato, sino repleto de entusiasmo. Sus labios se movían rápidos contra los míos. Una de sus manos me tomó del rostro mientras me sonreía como lo recordé cuando hablamos sobre un futuro que no creíamos existente en su vieja habitación.

—Te amo, Chiara. Te amo como no tienes idea.

No pude dejar de sonreír ante sus palabras.

—Lo sé.

Estuve a punto de besarlo cuando oí algo caer al suelo. Ambos nos movimos para ver de qué se trataba. Se trataba de un frasco pequeño y brillante que nos había interrumpido. Tenía partículas doradas moviéndose en su interior cuando descendí para tomarlo.

Al pestañear, todo cambió por completo.

«—Cariño, sé que no queremos esto para ella. Te juro que lo sé, pero no es algo que pueda controlar.

—Elisa, ¿qué haré si la consume? ¿Y si no estoy allí para ella?

—Severus, nuestra niña sabrá qué hacer.

Mis padres discutían en la diminuta sala de la Hilandera. Las cortinas eran demasiado oscuras, todo el ambiente lo era. Susurraban, intentaban que nadie pudiera oírlos.

"The Little Dorks" 𝓐𝓷𝓲𝓵𝓵𝓸𝓼 𝔂 𝓟𝓸𝓬𝓲𝓸𝓷𝓮𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora