CRÓNICA 26

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Son imágenes y sensaciones las que vuelven después de tanto tiempo, imágenes y sensaciones que me invadieron a los siete o casi ocho años, de aquel 17 de octubre de 1945 que invade ahora este 29 de abril de 1982, en el Conqueror que se va acercando a las Malvinas.

Vivía en Piedras, casi chocando con Avenida de Mayo y me sobresaltó el bullicio. Solo conocía un bullicio, el de la cancha de Boca donde una vez me llevó mi tío, pero aquel bullicio –eso me pude dar cuenta mucho después– era un bullicio mítico, un bullicio que ocurre en el espacio cerrado de un templo como en los ritos paganos, este era un rito histórico, como habrá sido el bullicio de la Revolución Francesa.

Este bullicio era un estruendo de voces desparejas, desafinadas, que parecían ajenas unas a otras, hasta que de pronto las escuchaba como una sola voz que decía un Om, pero no era un Om místico o tal vez ahora puedo sospechar que sí, sino Perón, esa única voz clamaba por Perón, y ahora, el 29 de abril de 1982 se me ocurre que el 17 de octubre de 1945 la historia se unía al mito del dios heroico, un dios que había recorrido las estaciones del infierno, la isla Martin García, el Hospital Militar.

La multitud avanzaba hacia esa casa que le decían de Gobierno y que la podía ver cuando mi mamá me llevaba a la plaza, pero no la quería ver porque me causaba mucho miedo porque la veía, aunque no tenía ningún parecido, con el castillo de un cuento que nos había leído la maestra y que estaba poblado de ogros, de fantasmas, de duendes, de muertos.

¿Cuándo me enteré que había ocurrido ese 17 de octubre? La revelación ocurrió en el último grado de la escuela primaria, una escuela que se encontraba en Balvanera –la de la maestra del castillo estaba en San Telmo– y tenía un maestro que se llamaba Santibañez, Rubén Santibañez, lo recuerdo bien, y que se titulaba como peronista de la primera hora. En el último día antes del feriado del 17 de octubre, dijo que nos quería contar qué había sido esa fecha histórica, y lo podía hacer con autoridad y verdad porque él había estado ese día en la plaza, clamando por Perón.

Rubén Santibañez nos contó emocionado, más que emocionado, conmovido, y nos conmovió, cómo ese pueblo salió a pedir por el coronel Perón, que ya era líder de los trabajadores por todo lo que hacía por los pobres en Trabajo y Previsión.

Entonces el maestro Santibañez –peronista de la primera hora– dijo que al coronel Perón lo detuvieron el 13 de octubre que era sábado. ¿Quiénes lo metieron preso? Los militares reaccionarios al servicio de la oligarquía. No podía entender lo que quería decir el maestro Santibañez cuando con voz pausada decía que el enemigo le quería quitar las conquistas al pueblo. A los doce años eso no se puede entender, pero me quedaban rebotando las palabras militares y oligarquía. No sé ahora qué era exactamente lo que dijo el maestro Santibañez, pero los comunistas y socialistas le pedían al pueblo que no participe de la movilización a la que había llamado la CGT para el 18 de octubre. Perón era un nazifascista que atentaba contra la libertad y la democracia. “Pregúntenle a un comunista que democracia y libertad tienen en Rusia con el camarada Stalin”. Eso lo recuerdo, lo dijo el maestro Santibañez porque recuerdo que era la primera vez que escuchaba el nombre de Stalin.

El maestro siguió contando que no esperaron el día de la convocatoria y un día antes, el 17 de octubre, se largaron a la Plaza de Mayo. Él vivía en Avellaneda y trabajaba en un colegio de Sarandí. ¿Lo dijo el maestro Santibañez o lo leí después? Es lo mismo. El general Eduardo Avalos, que era el Ministro de Guerra, preparaba las tropas para reprimir, pero no estaba demasiado convencido. Lo que sí recuerdo dijo el maestro Santibañez, que Avalos estaba asustado, porque cuando el pueblo se une asusta al más pintado.

El gobierno acepta negociar con los obreros. El presidente era el general Edelmiro Farrell, que recibe a la CGT.

Los representantes de los trabajadores le entregan un petitorio exigiendo el cumplimiento de las demandas gremiales.

El submarino navega en la última noche de la historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora