“Obsérvalo cuidadosamente”. Las palabras pertenecen a Juan, pronunciadas en 1874. El gran chamán Oromoto es el destinatario. El observado es un joven que acaba de aprobar brillantemente el examen final en el Sperl Gymnasyum.
Oromoto siente curiosidad. “¿Cómo lo registran?”
“Sigmund Freud, esa es su vibración actual. ¿Lo conoces?”.
“En lejanos tiempos –estamos viejos, Juan– fue mi discípulo. Eran tiempos africanos. Lo preparaba para heredarme, pero falló”.
“¿Cuál fue su punto debil?”.
“La disciplina”.
“¿Qué pasó?”.
“El poder chamánico, que requiere una gran concentración de la energía sexual. El aspirante debe soportar largos períodos de abstinencia”.
“Y no pudo”.
“No tuvo fortaleza”.
“¿Crees que Sigmund es recuperable?”.
“¿Recuperable para qué?”.
“Buena pregunta, Oromoto. Recuperable para transmitir la gran teoría del inconsciente y operar como terapeuta chamán”.
“Trataste muchas veces de explicarme, Juan, qué es una teoría. Me hablaste de la ciencia, de la política, pero un chamán solo entiende de demonios”.
“Oromoto, una teoría son los demonios conceptualizados. No puede ser otra cosa porque solo nosotros existimos. La alquimización de algunos hermanos hace que el demohumano no los perciba como demonios sino como conceptos, ideas, abstracciones que son producto de su creación intelectual. De este modo alimentamos su vanidad intelectual y estos demonios transmutados en teorías pueden llamarse demonios teóricos, un nombre más preciso que teorías demoníacas como algunos las designan. ¿Entiendes Oromoto? No es que los demonios produzcamos teorías, nosotros podemos transmutarnos en teorías. Además, la invisibilidad nos hace invulnerables. ¿Qué demohumano puede sospechar que es un medium de demonios-teorías?”.
“Soy un chamán, Juan, no es fácil para mi entender que algunos de nuestros hermanos se transformen en conceptos”.
“Oromoto, eso ha ocurrido siempre. Los demonios téoricos son los que diferencian al demohumano del animal. La modernidad dio una vuelta de tuerca a la actuación de nuestros hermanos teóricos. Esta vuelta de tuerca es la ciencia como el único conocimiento legítimo”.
“¿Lo que Sigmund debe hacer es que los sámskaras profundos se conviertan en la teoría del inconsciente?”.
“Algo así, Oromoto”.
“¿Propones, Juan, que a estos hermanos profundos que dominan las democonciencias, Sigmund los transmita como conceptos pero conceptuos muy especiales?”.
“Esto va a ser original, Oromoto. Esos sámskaras profundos que el lenguaje los traduce como odio, angustia, miedo, se tienen que articular en conceptualizaciones mayores, traumas, neurosis, Edipo, que en su conjunto conformen la gran teoría del inconsciente”.
“Está bien, Juan, pero, ¿cuál es el sentido de todo esto?”.
“La gran teoría del inconsciente es un método de cura y si esta palabra es excesiva por lo menos de alivio al sufrimiento psíquico”.
“Esto sí, Juan, que es divertido, demonios teorías que alivian los canibalismos samskáricos. No me respondiste el para qué de todo este aquelarre”.
“Oromoto, la finalidad es garantizar la encarnación del comandante. La gran teoría del inconsciente será un programa que sepulte definitivamente los últimos fulgores del Enemigo. El sufrimiento nada tiene que ver con nosotros, con el pacto original, con el desgarramieto del Ser, sino con causas psíquicas que descubre esta teoría.
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El submarino navega en la última noche de la historia
Fiksi SejarahRafael conoce al Señor Garar el 2 de abril de 1982 en el bar de la Academia, en Buenos Aires. El Señor Garar se convertirá en su guía espiritual. Horas después, en la plaza Rodriguez Peña, descubre a Balthazar, con quién tiene varios encuentros. Bal...