Verlos allí hablando de Judith me horrorizaba.
Este era uno de los momentos en los que agradecí tomarme enserio las clases de alemán de la escuela.
Todo era tan surrealista...
El hombre de ojos blancos asintió, escuchando.
-Bruder, ich weiß nicht was ich falsch gemacht habe. (Hermano, no sé qué he hecho mal).
-Agarró su pelo oscuro revuelto con ansias. -Eine äußere Kraft hält sie von meiner verdammten schwarzen Magie fern. (Una fuerza exterior la aleja de mi maldita magia negra).
Su amigo, hermano no de sangre, entrelazó sus dedos blancos y fijó su mirada en un punto fijo.
-Jake... -sonaba diferente.
-Ich habe dir mitbekommen, worüber wir gesprochen haben... (Te conseguí lo que hablamos...)
-Sechs Jahre Jake, sechs Jahre hast du gewartet, sechs Jahre habe ich auf dich gewartet. (Seis años Jake, seis años has tardado, seis años te he estado esperando). -Su expresión se había ennegrecido bajo su lisa piel pálida y su voz sonaba mucho más ronca y profunda que antes.
-Ich schwöre, ich bringe es dir. (Te lo juro que te la traeré).
-Und bezüglich... (Y respecto a...)
-...lass es mir noch eine Chance geben. (Déjame darle otra oportunidad). -Jake le interrumpió elevando el tono de voz.
-A. Eine und du tötest sie. (Una. Una y la matas).
Jake disimuló una frialdad que no tenía.
Llevaba trabajando para aquel hombre cándido siglos.
Había visto charcos de sangre como ninguno de su patria y había destrozado vidas como nunca antes. Era feliz haciéndolo, siempre lo había sido.
Pero esta vez...
Esta vez era diferente.
-Ich werde das machen. (Eso haré) -dijo mientras salía del palacete sin ni siquiera despedirse.
Y antes de volver a casa cubrió su mano derecha con la otra mano libre. Dijo un par de palabras enrevesadas y cerró los ojos, por un instante, como mueca de dolor. La herida de sus dos afilados colmillos había desaparecido.
Volvió a casa.
-¡Mi Ricitos! -dijo nada más verla.
Ella solo le dio una sonrisa dubitativa.
-Mujer lo siento. Es que... -se le veía afectado de verdad, -llevo unos días que no puedo sacarme el trabajo de la cabeza y estoy actuando verdaderamente mal.
La obligó a mirarle a los ojos mientras sujetaba sus manos. Por fin ella levantó cabeza y asintió, comprendiendo.
-Te quiero -le dijo Judith pegada a su cuello.
-Yo más Ricitos.
...
No entendía apenas lo que acababa de pasar.
Hacía minutos que Jake había estado hablando con aquel ser de piel blanca sobre Judith con una completa indiferencia, y ahora la mimaba y besaba su cuello como si de eso tratara la breve actuación que estaba llevando a cabo.
Había aprendido a controlarme, pero situaciones así me sacaban de quicio.
Si estuviera vivo, lo mataría.
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Hakoon
Bilim KurguHakoon Beckett es un chico de unos 24 años que causa un accidente en el pueblo de Limber. Tras su muerte, deja en vida a su apreciada hermana y a la mujer a la que hirió en aquel choque de vehículos. De una manera u otra, consigue comunicarse con am...