Tʀᴀɪᴅᴏʀ ᴅᴇ sᴀɴɢʀᴇ (Draco Malfoy) || Libro 2 y 3

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ sᴇᴛᴇɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ

10 de marzo de 1996.

Draco estaba tirado en su cama mirando el techo, pensando en jake. Después de aquella noche se fue sin decir nada.

—¡Draco!—Grito su padre abriendo la puerta—¡Tienes una visita, necesito que bajes ahora!.

Draco puso los ojos en blanco, se puso sus botas, y bajo a la sala. Ahí se contro con el padre de jake. Estaba sentado en la sala, bebiendo una copa de vino.

—Señor Svensson, que sorpresa—Dijo draco.

—Oh draco, siéntate—Dijo. Draco hizo caso y se sentó, junto a su padre—Bien, iremos directamente al grano...¿Sabes si jake oculta algo?.

Draco intentó no parecer sorprendido.

—No, señor.

El señor svensson se levantó, y sacó rápidamente su varita y la apunto hacia draco.

—Espero que así sea, draco. Sabes muy bien que encubrir a un traidor se paga con la muerte.

—Admiro su valentía. Pero si fuera usted, señor, no amenazaría a la mano derecha de nuestro señor—La espada de draco estaba en las partes del señor svensson—No querrá quedarse sin pelotas.

Lucius Malfoy no pudo evitar sonreír.

Owen se apartó y se volvió a sentar en el sofá.

—Me caes bien, joven malfoy. Y se que le eres leal al señor tenebroso, como su mano derecha debes serlo. Pero desgraciadamente jake no es como tu, es más débil e insignificante—Draco se apretó los dientes—lo heredero de tu estupida madre...

Apretó fuertemente sus puños hasta que quedaron blancos.

—Mi motivo de esta visita tan repentina, es por que jake está actuando extraño en los últimos meses. Hace mis recados y después desaparece todo el día, he contratado a varios espías para que lo monitoreen y busquen donde se escabulle, pero ninguno de esos imbeciles han dado con su paradero. Por eso quiero que tu lo busque, quien mejor que Draco Malfoy, mano derecha del señor tenebroso y el arma más mortal de todas, solo tu podrías buscarlo y entregarme su paradero.

Draco tenía el rostro serio.

—¿Que dices?—Pregunto—¿Aceptas?.

—El acepta, Owen—Dijo Lucius, draco lo miró con el ceño fruncido.

—Bien. Espero tener buenas noticias.

Cuando el señor svensson se fue, draco se levantó del sofa.

—Draco...—el platinado se detuvo—Yo se que tu sabes donde esta, no hagas las cosas difíciles, sea lo que sea que ya hizo, ahora su destino es morir. No encumbras a un traidor de sangre, draco.

—No se donde esta, padre.

Actualidad.

Clarissa abrió lentamente sus ojos. Volteo su mirada y se dio cuenta que draco no estaba a su lado. La chica se levantó de la cama y se encaminó a la cocina, abrió la alacena y se percató que no había nada. Abrio la llavé y tomó agua del grifo. Se dispuso a inspeccionar la casa, fue a la sala la cual tenía sofás cubiertas de una mantas blancas, había una chimenea en medio, una gran ventana que mostraba el patio trasero, la puerta era corrediza.

Siguio con su paseo hasta que subió al segundo piso, habían dos puertas, decidió entrar en la primera, era un cuarto enorme, estaba limpio como si nunca hubiera sido usado, había cajas apiladas en una esquina, la cama era enorme y a lado había una mesa de noche, un ropero que parecía viejo.