Tʀᴀɪᴅᴏʀ ᴅᴇ sᴀɴɢʀᴇ (Draco Malfoy) || Libro 2 y 3

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ

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𝘈𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢: 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘤𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘦𝘯𝘪𝘥𝘰 +𝟣𝟪, 𝘭𝘦𝘦𝘳 𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘴𝘶 𝘱𝘳𝘰𝘱𝘪𝘰 𝘳𝘪𝘦𝘴𝘨𝘰.

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Al día siguiente la casa estaba completamente sola, todos habían salido con la señora Weasley y el señor Weasley hacer comprar y dar un paseo.

La única que no quería salir era clarissa la cual se quedó leyendo en su habitación, no tenía ganas de salir, en especial en estas fechas, eran uno de los meses más duros para ella, era la segunda navidad o la tercera que no pasaba con su madre, aveces se preguntaba ¿como estaria? Y ¿que estaría haciendo en estos momentos?.

En estas fechas su madre siempre hacía galletas navideñas decoradas y veían películas navideñas antiguas o recientes, con una taza de leche caliente, calcetines decoradas de dibujos de navidad y una gran cobija cubriendo su cuerpo.

Extrañaba a su madre, pero aveces se ponía a pesar en su vida normal, y no recordaba nada de ella, su vida era tan aburrida en su universo, todo simple y gris.

En el fondo quería estar con su madre, y abrazarla, y decirle lo mucho que la extrañaba, pero se sintió egoísta por que una parte de ella ya no quería regresar a su universo, ya no podía imaginar una vida sin magia, si llegara a regresar, cosa que ella no quería que pasara, su vida, sería la misma de siempre.

Sin brillo.

—¿En que piensas, preciosa?—La voz de fred la sacó de su lectura, estaba en la puerta, tenía ambas manos en sus bolsillos, vestía una camisa naranja con un pans negro.

—Pensé que fuiste con tus padres—Se sento en la la orilla de la cama.

—Esa era la idea, pero—Se acercó a ella y se sentó a su lado—no quería que te quedaras sola en esta gran casa.

—En realidad no estaba sola, el elfo de la casa me hace compañía—Sonrio clarissa.

Fred sonrio—En vez de hacerte compañía lo único que hace es gruñir todo el tiempo.

Ella puso su cabeza en el hombro de fred.

—Hace cuanto que no estamos solos—Dijo ella, mientras miraba la puerta.
Una línea delgada se formó en el labio de fred, no habían pasado tiempo juntos, y a fred le dolía.

—No recuerdo—Fred tragó en seco, lo recordaba, pero no era bonito pensarlo. Nunca lo olvidaría—Pero lo importante es que estamos solos.

Ella sintió el olor de fred, un olor bastante dulce y agradable, le encantaba, no había nada como el.

Pero fred no olía a menta y manzana verde.

¿Como lo sabía?, muy fácil, ella lo podía ver en sus sueños, ella había soñado con una persona completamente diferente a fred, alguien con un olor fino y distinto.

Alguien que no es el.

Un dolor pequeño se formó en su pecho, pensar en eso le dolía.

¿Era posible enamorarse de otra persona?, no, ella no quería enamorarse de nadie, amaba a fred, lo amaba tanto que daría la vida por el, fred era su destino.

Nunca en su vida había estado enamorada de alguien como lo estaba de Fred.

—¿Quieres algo de chocolate caliente?—Fred se levanto de la cama. Y empezó a caminar hacia la puerta.