Tʀᴀɪᴅᴏʀ ᴅᴇ sᴀɴɢʀᴇ (Draco Malfoy) || Libro 2 y 3

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɴᴏᴠᴇɴᴛᴀ ʏ ɴᴜᴇᴠᴇ

En eso vieron a Hagrid. Estaba parado frente a una araña que parecía ya estar muerta. Se acercaron a el mirando a la araña.

—Horace...—dijo Hagrid, mientras se limpiaba las lágrimas.

—Por la barba de Merlín. ¿Es una verdadera acromantula?—el profesor parecía sorprendido.

—Y esta muerta señor—hablo harry.

Clarissa le dio una mirada asesina al escuchar como fue tan insensible al decirlo. Clarissa se acercó al perro de harry y lo acarició, amaba a ese perro.

—Querido amigo. ¿Como hiciste para matarla?—El profesor miro a Hagrid.

—¿Matarla? El era un viejo amigo.

—Oh cuanto lo siento, no tenía idea...

Hagrid interrumpió—no te preocupes, no eres el único. Las arañas son unas criaturas seriamente incomprendidas. Son los ojos, incomodan a las personas.

—Sin mencionar los colmillos—hizo algo extraño con sus dedos índices simulando que eran colmillos, moviéndolos de arriba a bajo.

Clarissa solo lo miró, parecía como si estuviera drogado, pero estaba segura que harry no consumía esas cosas. Ya que los gemelos se habían marchado de Hogwarts, ellos administraban aquellas cosas ilícitas.

—Hagrid lo último que deseo es ser indiscreto...pero el veneno de acromantula es muy raro y difícil de conseguir, ¿me permitirias extraer un frasco?. O talvez ¿dos?, claro que son por motivos académicos.

Hagrid intentó limpiar sus lagrimas.

—Bueno, no creo que vaya a servirle de mucho ahora...

Pero fue interrumpido por el profesor el cual fue corriendo a extraer el veneno, clarissa solo lo observó y se dio cuenta que al momento de extraer se la cayó un colmillo, intento no reír por la expresión de Slughorn.

—Le acaba de romper el colmillo—le susurró a harry con una pequeña risa.

—¿Y a mi me dices insensible?—contesto.

Los pies de clarissa colgaban de la gran y larga silla de Hagrid. Estaba sentado junto con harry el cual todavía no le soltaba la mano. La casa de Hagrid estaba caliente, y había servido un whisky para las penas de la muerte de su amigo. Pero no bebía solo, si no, con el profesor. Cantaban una canción que clarissa ya no distinguía por sus voces.

—Lo tuve desde que era un huevo. Era una cosa pequeña cuando salio del cascarón.

—Que ternura—la voz del profesor ya era de un ebrio—yo también tuve un pez yo lo quería mucho. Una tarde baje de las escaleras en camino a la sala y se había esfumado.

—¿Pero que extraño, no?—hagrid volteo a ver a los dos muchachos. Los cuales asintieron.

—Si. Extraño. Pero supongo que así es la vida, la vas viviendo y de pronto ¡Puf!.

La cabeza de Hagrid se fue hacia atrás, y cayó dormido. El único que quedaba despierto era el profesor.

—Fue un estudiante quien me dio a francis. Una tarde de primavera descubrí la pecera en mi escritorio. Con un poco de agua clara en ella y en la superficie flotaba un pétalo, y cuando vi que se hundía, poco antes de llegar al fondo se transformó en un pequeño pez. Fue una magia muy bella. Asombrosa la vista. El petalo de la flor era de un lila. Tu madre.—Harry abrió los ojos, y Clarissa lo volteó a ver—Ese día que baje a la sala. Y vi la pecera vacía fue el día que tu madre...—se quedo un rato callado, mirando directamente a harry—se por que estas aquí, pero no puedo ayudarte. Seria mi ruina.