Yo le destruí el corazón a Jimin, ahora él querrá destruir mi vida.
Después de destruirlo, Jimin se miraba en el espejo, aquél Chico tierno, raro e inteligente había desaparecido, ahora se había convertido en mi peor pesadilla...
Ojo por ojo, corazó...
Delicadeza, ternura, miedo y excitación, eran las palabras con las que asosiaba ahora mismo a mi compañero Park Jimin, el chico nerd, callado y raro del salón. Cuyo potencial en el sexo sería probablemente nulo, pero que sin duda alguna yo disfrutaría. Y es que somos simples humanos con deseos desenfrenados y fetiches extraños y cuando eres joven con problemas paternales como los mios, la vida es un fuego ardientemente incontrolable, tal vez habia veces en las que me sentía hundida y sin escapatoria alguna, pensaba que las fiestas, el sexo y el alcohol eran mi ruta de escape, me dí cuenta tristemente cuando ya había desarrollado cierta fascinación en esas cosas, por ahora se me agregaba algo nuevo a mi lista de deseos apacionantes y prodigiosos. Tirarme al chico más inocente de la escuela, eso me parecía de lo mas jodidamente atractivo y es que con Jimin cada sentimiento era totalmente desconocido para mi.
Aparte de hundirme en sus labios como si de una ramera se trátese, que Jimin fuera participe de esto hacia que mi zona intima palpitara por montones.
—Si Jimin, quiero ser sola tuya.—Dije entre susurros.
—No aguanto más Yen, mi pene ha pedido por ti toda la semana.—Dice agitado.—Y he tenido que mastubarme demasiadas veces.
Dios mio, me encantaba la naturaleza con la que lo decia, la palabra pene correctamente científica, él la decia, porque es correctamente científico y que hablara de la mastubarcion, ok, prácticamente me habia dedicado unas buenas pajas, pero Dios, sé que a algunas chicas les incómoda saber que un hombre se masturba pensando en ellas, pero a la mierda con todo, personalmente a mi me encantaba bastante la idea ser la protagonista de los más oscuros y desenfrenados deseos de Jimin; solté una leve risita.
—¿Acaso planeas excitarme Jimin-shi?—Cuestioné con sensualidad a lo cual Jimin suspira y relamé sus labios.
—Quiero hacerlo contigo Yen, pero nunca antes lo había hecho y no tengo condones.—Dijo cabizbajo.
Sonreí por que mi vida es tan jodidamente activa que siempre cargo con condones en la mi cartera.
—No te preocupes yo traigo siempre de emergencia.—Tomé la bolsa y saqué mi cartera, Jimin miraba con asombro mientras yo sacaba un condón.—Aquí esta.
Los llevaba a todas partes, incluso en la escuela porque Yoongi a veces se le antojaba empotrarme en su escritorio o en la azotea de la escuela.
—Bien.—Dice tragando saliva.
Estaba notablemente nervioso y podía entenderlo.
—Jimin, si no quieres hacerlo, no lo hacemos y ya, no haré nada que tú no quieras.
—Si, si quiero.—Dijo ansioso.—Quiero tener sexo contigo, ansío tener sexo contigo.—Dijo tiernamente.
Lo tomé de la mano dedicándole una sonrisa.
—Llévame a tú habitación Jimin.
Él asintió y comenzó a caminar, subimos por las escaleras hasta subir a un pasillo y de ahí llagando hasta la puerta de su cuarto. Él abrió y al adentrarnos pude notar lo limpia y ordenaba que estaba, era tan normal, no tenia fotos ni pósters de mujeres semi desnudas como la mayoría de los de su edad, solo cuadros de naturaleza y uno que otro adorno era una simple tranquila habitación.
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