Lugar En Mi

EXTRA | MAÑANA SIGUIENTE DEL DÍA DEL AMOR

Hola, primero que nada MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS VOSOTRXS POR LEER ESTA HISTORIA.

✨¡¡Hemos alcanzado 1K leídas!!✨

Y en señal de agradecimiento y como se que queréis saber que paso esa mañana, pues aquí está.
Disfrutad y gracias!!

-Mar.

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EXTRA |
MAÑANA SIGUIENTE DEL DIA DEL AMOR.
Jason Beaumont.

Entreabro los ojos gracias a la poca luz que entra por la ventana de la habitación, por la noche ha nevado así que no habrá sol. Una sensación distinta me hace abrirlos por completo, algo así como un cuerpo cálido pegado al mío.

«Joder...» digo en un suspiro al ver a Brynn durmiendo junto a mí. Para ser especifico, tiene su espalda pegada a mi pecho y mi brazo izquierdo esta por su cintura. Algo así como posición de recién casados.

Procesando un poco lo que estoy viendo y tratando de recordar lo que paso anoche para así poder comprender nuestra situación. Quito lentamente mi brazo de ella y me tumbo mirando al techo.

Bien, recuerdo todo hasta cuando bebimos, ajá.
Después... la besé, llegamos hasta aquí, nos seguimos besando... oh, no... le hice un oral. Mhm. Luego, bien... follamos. «Has memoria, baboso guapo». Nos duchamos y... volvimos a follar. Luego llegamos a la cama de nuevo y volvimos a follar, pero... maldita sea, no recuerdo nada de lo que dije. Solo hay un vago recuerdo en mi de que me reí de Brynn porq... oh, mierda.

No caminaba bien.

Froto mis manos con frustración por mi rostro. ¿En qué momento paso esto? Bien, era algo que se veía venir, pero... buah, no logro procesarlo.

Unos sonidos de pucheros me hacen ver a mi derecha, Brynn se está moviendo, no, se está girando hacia el otro lado, en pocas palabras, mi lado. Me quedo congelado en mi posición y la veo fijamente, me incorporo.

Es bastante guapa mientras duerme, ni así se le quita.

Comienza a apuñar un poco los ojos hasta que decide abrirlos un poco. Sus ojos verdes se abren de golpe y me ve con cara de pánico. Dirige su mirada de mi cara a mi torso desnudo, después mira las sabanas las cuales están hechas un desastre, luego se ve a ella. Claramente las sabanas cubren su cuerpecito desnudo.

—Mierda... —susurra viendo todo con pánico.

—Mhm... yo...

—Cállate —se incorpora con la sabana hecha puño en su pecho.

—Perdón —ironizo y pongo los ojos en blanco.

—¿Dónde... donde está mi... ropa? —viaja su vista por la cama y el lado suyo de la cama.

—Si no sabes tú...

—¡Cállate! —grita, histérica.

Pero que loca he traído a mi cama.

Se levanta con la sabana enrollada en todo el cuerpo y con desespero busca su ropa. Sinceramente no se ni dónde está la mía, menos la de ella. Un piquete en mis sienes me hace cerrar los ojos de golpe.

El escuchar que abren una puerta me hace abrirlos, se ha metido al cuarto de baño. Con pesadez, me levanto y camino hacia allá. Oh, si... aquí esta nuestra ropa. Me ve con ojos de loca antes de escanear mi cuerpo.