Capítulo 11. "¿Qué sientes por mi?

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Capítulo 11.

Brynn Gilmore



Las palabras, una por una, salen con la fragilidad de mi voz. Como si algo más que ese sonido fuese a romperse. Puede que me esté rompiendo de nuevo.

—¿Qué...? —susurra.

Su rostro se ha transformado en gran confusión. Pero, parece que una parte de él sabe perfectamente a lo que me refiero. Porque él me mintio, me dijo que estaba en su casa y... no estaba allí.

—Te... ibas a ir.

Mis hombros tiemblan gracias al ambiente gélido de la habitación, haciendo que las pequeñas gotas que caen de mi cabello sean congeladas. Sintiendo un gran peso en el pecho, doy un paso a Jason. La habitación solo esta iluminada por la luz de la luna que entra por la ventana que esta detrás de él. Solo sombras perfilando su rostro.

—Bry...

—¿Por qué? —paso mi lengua por mis labios, nerviosa—. ¿Por qué sin decirme?

Tan solo tarda unos segundos en responder. Casi como si le fuese imposible.

—Era lo mejor.

—¿Para quién?

—Para... —sus palabras se quedan atascadas en su garganta, o puede que lo haya pensado bien y haya elegido la respuesta correcta—. Para mi.

Doy un paso hacia él, tratando de disimular que no estoy mareada, un poco muy mareda. Por alguna razón se me ha quedado el sabor amargo en la boca.

—Para mi —repito, sintiendo la amargura en cada palabra.

—Bry, solo...

-Cállate —susurro—. Solo deja de pensar en ti por un momento.

Me planto frente a él, alzo la barbilla para poder encontrarme con su mirada llena de arrepentimiento. Hoy habia sido un día de mierda y este hombre solo lo empeoro mas.

—¿Por qué? ¿tanto me odias? —estampo mis manos en su pecho—. ¿Eh?

—No te odio.

—Entonces —jadeo—. ¿Qué te hice para que te volvieras a ir sin avisarme? Se que hace un año fue distinto, pero ahora... realmente creí que eso no pasaria.

Dejo caer mis manos a mis costados, niego cuando bajo la mirada y doy media vuelta. Cada paso que doy esta lleno de pesadez, mi mirada esta un poco nublada. Creo que no fue buena idea lo que hice hace unos momentos en la ducha. Los efectos ya estan llegando.

Me siento en el borde de la cama, saco de un cajon una camiseta grande que me queda a medio muslo y dejo caer la toalla. Dandole la espalda a Jason, así que no me esta viendo los pechos. Me la pongo y vuelvo a ponerme de pie. Vulevo hacia él, sigue estando en el mismo sitio, pero ahora un poco mas palido y con los ojos redondos.

—¿Qué? ¿ya no me hablaras? —susurro, acercandome y tambaleandome.

Cuando le tengo enfrente, estiro mis brazos hasta rodear su cuello con ellos y pego nuestros pechos. Noto como sus musculos se tensan y su mandibula se marca aún más de lo habitual, suspiro cerca de su barbilla, el contiene la respiracion.

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