Capítulo 25.
Brynn Gilmore—Dame la mano.
—Jason, ¿Dónde estamos? ¿Por qué huele a bosque? —me ayuda a bajarme de la camioneta.
Me ha vendado los ojos.
—Tranquila, ya casi sabes.
Rodea mi cintura con su brazo y me ínsita a caminar por un camino terroso. A paso dudoso porque siento que en cualquier momento me iré de boca, dejo que me guie a no sé dónde.
De un momento a otro mi pie topa con algo y casi caigo.
—Oh, sí, subiremos escaleras.
Gracias por avisar a tiempo.
—¿Dónde estamos?
Subimos los peldaños a paso lento, cuando pisamos piso firme damos unos cuatro pasos y nos paramos, escucho que juega con unas llaves y como se pelea con la cerradura.
—¿Dónde estamos?
—Si vuelves a decir eso, te dejare y me iré.
—¿Dónde estamos? —repito a voz de niña pesada.
De un momento a otro, dejo de escucharle. ¿Era verdad lo que dijo?
—Jason... —susurro, algo aterrada porque me ha dejado sola y con los ojos vendados.
Le escucho reírse. Coge mi mano y me hace dar unos pasos hasta que percibo que el piso es diferente. Me estremezco cuando lo siento detrás de mí, su respirar mueve mi cabello.
—Te quitaré la venda, pero todavía no la bajare —susurra en mi oreja.
Asiento y al instante siento sus manos desatando el nudo que yacía en la tela, la separa un poco de mis ojos, pero no la baja. Parpadeo un poco para acostumbrarme de nuevo a ver y al segundo baja la tela blanca.
Mi vista queda fija en la entrada de no sé dónde. Paredes claras, acabados de madera, techos altos e iluminación cálida.
—¿Dónde estamos? —digo apenas audible.
—En una cabaña —se pone a mi lado—, en medio del bosque.
Pasa por mi lado y termina de recorrer el pasillo. Me quito la chaqueta, la cuelgo en el perchero junto a mi bolso y le sigo. Mis ojos se abren a un más cuando tengo vista de una cocina bastante grande y moderna, una encimera de tonos marrones, lámparas colgando desde el techo alto.
Justo en frente está el salón, el cual no tiene paredes y está conectado a la cocina. Los sofás color crema, mesas oscuras con lámparas iluminando, un gran televisor anclado a la pared, una hermosa chimenea, la cual está encendida, alfombra de pelo color claro y... una mesa de centro llena de aperitivos y vinos.
—Es... bastante moderna esta cabaña —murmuro todavía tratando de asimilar lo que estoy viendo.
—Y cara, también.
Un poco más al fondo está un gran ventanal sustituyendo una pared entera. Da vista al bosque, aunque es de noche, se puede apreciar un poco gracias a la iluminación que hay fuera.
—Madre mía...
—¿Quieres ver el comedor? —asiento.
Da media vuelta y justo al lado del salón hay unas puertas de cristal, las abre y enciende las luces. Madre mía. Un comedor claro, un candelabro colgando desde el techo y cayendo justo en medio, de unas diez sillas y bastante cómodas, bueno, se miran.
—¿Y aquí vienen a comer los venados o...? —frunzo el ceño.
Se ríe tras ver mi cara de asombro total y vuelve a apagar las luces, cierra las puertas y se planta frente a mí.
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Lugar En Mi
RomanceBrynn está rota. Está llena de dolor. Trata de disimularlo, pero a veces, no funciona. Ella es fría, hermética y complicada. Jason acaba de llegar de nuevo a Ohio, pero se da cuenta que las cosas han cambiado. Sus amigos van a la universidad, el equ...