Capítulo 30 | FINAL DE LA PRIMERA PARTE

679 56 133
                                    

Capítulo 30.

FINAL DE LA PRIMERA PARTE

Brynn Gilmore.

Dejo que las puertas de cristal se cierren a mi espalda, bajo las escaleras mientras me coloco los cascos distraídamente y coloco la canción. Camino en silencio bajo el camino de arboles que adornan la acera, los coches pasan por mi lado, algunas madres con sus hijos pasan por el otro.

Doblo a la izquierda en dirección a la cafetería, necesito un café y necesito comprar capsulas para mi cafetera.

Realmente no se que está pasando como mi vida está última semana. En mi casa todo va normal, con mis amigos igual, pero con Jason... no tengo la dicha de decir lo mismo.

Llevamos una semana un tanto distantes, fríos, solo viéndonos en la pista y dándonos besos cortos. Desde aquella noche que me encontró llorando en la bañera no se que ha pasado, ni con él ni conmigo. Todo es demasiado confuso. Ya no nos buscamos, es algo realemente raro.

Como sí de un día para otro algo se rompió.

Las campanas que cuelgan sobre la puerta suenan por el lugar cuando entro. El olor a pan inunda mi nariz y las personas que hay en el lugar me recuerdan que es un día casual.

—Buenos dias, ¿Qué ordenará?

Recargo mis manos en el mostrador.

—Un caramel macchiato en las rocas, y también una caja de capsulas del mismo sabor.

—Claro, en un momento le traigo su orden —asiento y le veo perderse por las máquinas para preparar las bebidas.

A los pocos minutos el chico regresa con mi orden, mientras me regresa mi cambio escucho que alguien dice mi nombre. Me giro al instante.

—Brynn, que alegría verte —los brazos de Sierra rodean mi menudo cuerpo.

—Hola, lo mismo digo.

—¿Quieres sentarte a beber el café? —nos separamos—, digo, si gustas, yo estoy por alla.

Señala una mesa que esta junto al ventanal. La misma sonrisa amistosa de la noche aquella sigue por sus labios.

—Claro.

Me siento en el taburete que está frente al suyo. En la mesa está su portátil y unos folios, junto a su café y un pan.

—¿Tienes mucho aquí?

—Oh, solo algunos minutos, pero venía saliendo de los servicios y te vi —sonríe—, y aquí estamos.

—Ya.

Veo por la ventana mientras doy el primer trago a mi café. Decilioso, por cierto.

—¿Venías de la universidad?

—Si, acabo de salir, ¿y tú?

—También, en cuanto salí me vine —baja la pantalla del portátil.

—Pero... ¿no salían más tarde?

—Hoy salimos más temprano, una profesora faltará toda la semana —asiento—. ¿no te lo dijo Jason? —pregunta, ceñuda.

—Mmm, no...

Bajo la mirada, cojo el café y mientras trato de no darle importancia, bebo.

—Ya casi será la competencia, ¿cierto?

He notado que ha cambiado el rumbo de la platica por mi cara.

—Si —trato de sonreír—, falta exactamente una semana.

Lugar En Mi  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora