Capítulo 5. "Cena"

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Capitulo 5.
Brynn Gilmore

—Los pollitos dicen pio pio pio cuando tiene hambre y cuando tienen frio —canta Emma para Maia, esta se rie en la especie de baile que esta haciendo con Emma.

Me rio desde la silla del escritorio, Emma esta al pie de la cama sosteniendo a Maia en el borde el colchón para que este de pie y mueve sus brazos al ritmo de su voz espantosa. Vuelvo a enfocarme a la pantalla del portátil donde estoy haciendo una compra en línea de materiales que necesito para una practica.

—... la gallina bueca el maíz y el trigo, les da la comida y les presta el abrigoooooo —las carcajadas de Maia aumentan—... pio pio piiiiioooooo.

—¡Dios! Para, por favor —suplico.

—Canta conmigo, Maia —la veo alzarla en brazos—. Pio pio pioooooo.

Maia balbucea y Emma finje tener una conversación con ella. Definitivamente esta niña hablará hasta por los codos. Puede estar todo el dia balbuceando cosas, no me imagino ya que hable. Me pongo de pie para acomodar unos folios de las practicas en su lugar y saco unos nuevos que debo llevar para mañana. Ahora que recuerdo, Dylan prometio ayudarme y no he visto su ayuda el dia de hoy en el hospital. Tarado.

—¿Dónde esta su babero? —pregunto al verla, lleva el enteriso mojado de la parte de arriba por sus babas.

—Se lo ha quitado —señala el otro lado de la cama donde esta el solitario babero.

—¿Cómo es que se lo quita? —me acerco y lo cojo—. No lo entiendo.

—Tu hija es la bebé más inteligente de toda America, no me sorprendería que se haga la presidenta de los Estados Unidos.

—¿Eeeeehh?

—Digo, te imaginas —se sienta en la cama con Maia en su regazo—. Maia Gilmore, canditada para la presidencia, y luego —la alza y la deja suspendida en el aire—. ¡Maia presidenta! ¡Siiiiiii!

Pongo los ojos en blanco mientras me acerco para ponerle de nuevo el babero. Grita cuando intento ponérselo y avienta su mano para hacérmela mas difícil. Emma me ayuda a sostenerle los brazos y se lo coloco, con la esquina del babero le limpio las comisuras de su boca donde comienza a caer su baba.

—¿Crees que cuando sea grande prefiera que la llamen Regina?

—Puede, es su nombre así que no le veo lo malo.

—Pero, sería raro —hunde las cejas, viéndola fijamente.

—Dices eso porque tu solo la llamas Maia —al instante, la llamada voltea a verme—, pero mi papá y a veces yo tambien la llamamos Regina, ¿verdad? —le hago cosquillas hasta que termina riendo.

—En eso tienes razón, a ti todos te llaman Brynn, peroooooooo, sabemos de alguien que prefiere llamarte Harriet —alza las cejas, con picardía.

—Pues asi me llamo, ¿Qué quieres? —pongo los ojos en blanco.

Harriet, puede venir, por favor —canturrea, luego entorna la mirada—. No se como no te mojas cuando te llama así, digo, su voz es tan sexi.

—Emma.

—Digo —se encoge de hombros.

—No digas esas cosas frente a la bebé —la miro con reselo.

—Lo siento, Maia, perdóname —le besa la mejilla—, y tu —vuelve a mi, pongo los ojos en blanco.

—No, no y no —me pongo de pie y le quito a la bebé.

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