EXTRA I | BRYNN

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EXTRA I | BRYNN

Agosto.

Este mes fue el más duro de todos, si, hubo muchas razones, entre ellas; reposo absoluto, cambio de medicamento, sentirme mal todo el día, estudiar desde casa, intentar no pensar demasiado, fallar en lo anterior, pensar en Jason, sentir un vacío enorme dentro de mí, la preocupación por el estado de Regina, mentalizarme de lo que sucedería los siguientes meses, llorar cada noche mientras tocaba mi tripa aún plana.

Lloré cuando le conté a Emma y Dylan, ellos también lo hicieron, desde ahí comenzaron a cuidarme a cada cosa que hacía, iban a pasar las tardes a mi casa para ver pelis o simplemente hablar de todo y todos. Buscaban distraerme para no pensar demasiado y no caer profundo.

Respecto a Harry... tampoco fue nuestro mejor mes. Todavía me ignoraba, no me hablaba y solo se acercaba cuando papá se lo pedía. Prometió no decir nada y también habló con los chicos, al parecer también prometieron lo mismo.

Cuando cumplí los tres meses de embarazo fui al medico, mi padre lloró mientras me hacían la ecografía y, la verdad yo seguía sin creerme que lo que la pantalla mostraba era nuestro bebe. Poco a poco mejoramos los dos.

Brenda durmió conmigo cada noche para que no volviera al sofá, comenzó a trabajar más en casa al igual que papá, Marie me cuidaba mientras ellos estaban en el trabajo por las mañanas. La universidad me dejo poder hacer todo a distancia, y eso se agradece mucho.

Lloré cada noche. Lloré por Jason, deseando que se encontrase bien, que su vida en Londres fuera bien, que pudiera terminar su ultimo año de universidad, que no se sintiera mal, que no me olvidara. Lloré por Regina, deseando que se encontrara estable, deseando que despertara y mejorará, que tuviera mucha vida para que el día que llegará a conocer a su nieto o nieta ella estuviera bien. Lloré por mi bebé, nuestro bebé, porque creciera, anhelando que la barriga me creciese para saber que estaba creciendo, para llegar a poder sentir sus pataditas meses después, para que me quiesiera.

Tambien lloré mucho por mi, no quería que este bebé conociera a una Brynn mal en todos los aspectos, inestable, arrogante, hermética. Quería todo lo bueno para ese ser que estaba creciendo dentro de mí. Lo pensé, lo pensé mucho, y ese día llegó. Brenda me guió.

—Mmm, deberíamos pedir el de chocolate y el de nuez, oh, también el de zanahoria... ¿te apetece el de vainilla?

—Vale, pero cambiar el de nuez por el de mantequilla —propuse, mientras leíamos las cartas de la cafetería donde me había llevado esa tarde.

—Bien —le hizo una seña al mesero y cuando este llegó, ordeno—. Pediremos una rebanada de torta de pan de chocolate, una de mantequilla, de zanahoria y otra de vainilla, también un mocca blanco y un caramel macchiato frio.

—Anotado, enseguido llega vuestra orden —el mesero terminó de anotar y se dirijio hacia la cocina.

Esa tarde Brenda me llevo a una cafetería nueva, no tenia muchos días que había abrieto las puertas, y era bastante mona. Ese mes fuimos a otras tantas, pero esta quedaba mas cerca de casa y decidimos aprobarla. Tambien me dijo que tenia algo que decirme, y si, me asuste un poco.

Cuando todas las rebanadas de pan y los cafes llegaron, me asuste otro poco; era demasiado pan. Aunque si quería que la barriga me creciera suponía que tenia que ayudarle un poco, en pocas palabras, comer mucho.

—¿Sabias que tu padre en nuestra primera cita me robo mi pedazo de torta de chocolate? —negué—. Pues lo hizo... luego se excuso diciendo que se había confundido.

—Creo que es algo que sigue haciendo a menudo —ladeo la cabeza y asintió.

—Brynn, cielo... te había comentado que quería hablar contugo, ¿lo recuerdas? —asentí—. Bien, había pensado, bueno, he pensado mucho estos últimos meses y... te quería hacer una propuesta.

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