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El mesero dejaba sobre la mesa la tercera ronda de cócteles mientras Doyoung luchaba por enfocar la vista, a su lado estaba Johnny quien seguía recto en el asiento, con un ligero sonrojó y el cabello despeinado como único indicio de la cantidad de alcohol que habían tomado.

Johnny estaba tomando las bebidas más fuertes, sin embargo no se encontraba ni cerca de verse tan ebrio como Doyoung, el cual copas atrás había perdido el filtro que protegía su dignidad.

—¿Me estás diciendo que no puedo beber? —Doyoung alejó la copa de las manos que intentaban arrebatarsela.— ¡Antes djiste que podía tomar lo que quisiera! 

—No es eso. —Johnny suspiró al ver que era imposible quitarle la copa.—Doyoung, el alcohol desestabiliza tus feromomas.

—¡¿Y qué?! ¡Tengo derecho a beber lo que quiero! 

Johnny frunció la nariz al sentir una nueva oleada de las feromonas que, efectivamente, estaban MUY desestabilizadas y llenando el aire del local de dulce aroma a omega. No era un problema grande porque él estaba ahí, pero si Doyoung estuviera por su cuenta la historia sería muy diferente. 

Solo imaginar a Doyoung rodeado de otros alfas ebrios lo ponía de un humor extraño, él solo quería sacar a Doyoung lo antes posible y llevarlo a su casa. 

—Ese es el ultimo, ¿trato?— Intentó negociar con un Doyoung considerablemente menos racional de lo normal.

—Último mis pelotas, lo estás pagando tú, no tengo que contenerme. —Sonrió terminando de beber y estirando la mano para alcanzar otra copa.

—Doyoung, necesito llevarte a casa...—Johnny estaba intentando controlarse con todas sus fuerzas para no reír al ver lo infantil que estaba actuando el omega, lo cual contrastaba bastante con la primera impresión que tuve del omega, a quien siempre vio muy correcto e intachable.

—No quiero ir a casa, hace calor. —Johnny no pudo aguantar la risa al oír tal incoherencia. —¿Te estás riendo de mí? 

—No, para nada. —Apretó los labios juntos ante el ceño fruncido de Doyoung. —Y no hace calor, Doyoung, simplemente estás muy ebrio.

Doyoung lo estaba ignorando de forma increíble y aunque Johnny era una persona que a menudo se ponía nervioso en situaciones así, está vez solo podía pensar en lo gracioso que estaba siendo todo. Sin embargo aún quedaba razón en su cabeza y sabía que debía dejar a Doyoung en su casa lo antes posible por simple precaución. 

—Hay que irnos. —Intentó hablar más firme y al parecer lo consiguió. 

Doyoung levantó la mirada e hizo un puchero, pero Johnny negó dejando claro que ya no estaba jugando. Se puso de pie e intentó tomar el brazo de Doyoung para ayudarlo, pero sólo logró desestabilizar su mareado cuerpo y por ende terminó en sus brazos.

—¿Qué haces? —Doyoung intentó moverse pero Johnny al ver que podía caer lo sostuvo más fuerte y comenzó a caminar fuera del local. Obviamente no sin antes dejar un fajo de billetes sobre la mesa.

Doyoung daba pasos torpes mientras reía y en cuanto llegaron frente al auto Johnny tuvo que hacer toda una maniobra para que el omega no termine en el suelo. 

—¿Estás apurado? —Susurró Doyoung bastante cerca de su oído y liberando más feromonas "sutilmente"

Johnny era tonto, pero no estúpido. Podía decirse que después de la tercera copa pudo sentir el aroma de Doyoung intensificandose, al principio tomándolo como algo normal debido al alcohol, pero al parecer lo controlaba bastante bien como para liberarlo en mayor medida cada vez que Johnny le dedicaba una mirada o se acercaba.

play date.  johndoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora