De por sí la semana de Doyoung había sido una mierda desde que vio en el calendario que le quedaban pocos días para el inicio del celo. Por otra parte también el ciclo de exámenes había comenzado, semanas de tortura en la biblioteca se acercaban. Su mejor amigo, Sicheng también había entrado de celo, por lo que tenía que cubrir sus turnos en la cafetería, todo esto le restaba horas de estudio y para compensarlo debía reducir sus horas de sueño, vivir a base de café u otras bebidas energizantes que le provocaban taquicardia durante todo el día.
Ya le era difícil mantener el ritmo de vida pero como en todos sus momentos malos, las cosas se agrababan cuando todo parecía calmarse un poco.
Ese sábado por la mañana sólo debía ir a cubrir el turno de Sicheng, para su suerte eran sólo 6 horas, por lo que planeaba volver al departamento y terminar de estudiar lo que le resultaba dificil de memorizar. Sin embargo las cosas se habían complicado ni bien salió de su casa, claro que podría culparse a sí mismo por haber salido tarde, pero prefería echarle la culpa al universo por todos sus males.
En este caso perdió el bus, tuvo que esperar media hora más al próximo y así ya llevaba desventaja. Su jefa comenzó a llamar y como también olvidó llevar los auriculares todo el bus escuchó como lo maldecian.
Llegó exactamente 45 minutos después de que su turno haya comenzado, al entrar prácticamente corrió dentro y se vistió lo más rápido que pudo. Su jefa, una alfa estricta y malhumorado, la cual supuestamente odiaba perder tiempo no pudo contener sus ganas de volver a echarle en cara su llegada tarde, de paso aprovechó para hablar mal de su amigo por tomarse la semana. Al parecer le importaba muy poco lo mucho que estaba sufriendo el celo al estar completamente solo.
Como siempre tuvo que tragarse las ganas de mandarla al carajo porque ese trabajo era su única fuente de dinero y realmente necesitaba dejar de pedirle manutención a su padre. Doyoung sólo quería que los últimos dos años de carrera pasasen más rapido para poder largarse con su hermano, un título y miles de puertas laborales abiertas, aunque claro estaba que no todo era como en su imaginación.
Acomodó una vez mas su delantal y suspiró antes de salir a tomar los pedidos lo más rápido que podía, sin embargo algo lo estuvo molestando, sintió una mirada durante todo el tiempo, intentó no voltear a mirar porque por incómodo que suene, de vez en cuando entraba gente rara a la cafetería y mientras no les prestara demasiada atención no podría pasarle nada, ¿verdad?
Para su triste, tristísimo destino, Lucas, uno de sus compañeron, le pidió que vaya a darle la cuenta al hombre que no paraba de mirarlo. No quería ir, pero la ley era ayudar al compañero si se encontraba muy ocupado.
Con miedo se acercó, trató de preguntar amablemente si queria ya recibir la cuenta, pero apenas pudo terminar de hablar ya que en cuanto el hombre lo vio liberó un sinnúmero de fermonas, era bastante claro al verlo que se trataba de un alfa, pero el aroma a menta y chocolate negro definitivamente lo confirmaba.
Tal vez era un alfa de tipo dominante, Doyoung pocas veces se había encontrado con alguno y ni hablar de uno que lo primero que hacía era liberar feromonas en cuanto lo veía. Fue intenso.
Dio un pequeño brinco inconsistente queriéndo alejarse, las feromonas de los alfas naturalmente y como a cualquier otro omega lo ponían nervioso, pero cuando se encontraba cansado, hambriento y ademas a pocos días del comienzo de su celo era otra cosa.
Intentó mantenerse en un lugar y pensar en otra cosa mientras sus piernas comenzaban a temblar y los pensamientos raros comenzaban a surgir.
—Disculpa... ¿Qué decías? —El hombre se aclaró la voz y Doyoung casi aprienta los muslos.
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play date. johndo
FanfictionSuh Youngho a pesar de estar a pocos años de cumplir los 30, es un alfa que afirma no estar preparado para la vida de un hombre de familia. Aborrece la idea de niños a su alrededor y desprecia la imagen mental de él atado a una persona que no quiere...