Setenta y cuatro

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-Taylor ¿Has dormido ahí?

Una mano me voz toca la espalda y se corre por mis hombros mientras la voz de Wilson se cuela en mi cabeza. Me muevo con tiento, sintiendo los músculos agarrotados. Abro los ojos y me descubro recostada sobre el sillón en el que me quedé dormida. Me levanto frotándome los ojos, cuando me recompongo veo a Wilson agachado a mi lado con la mano aún puesta sobre mi hombro.

-Hola-. Dice.

-Hola-. Respondo sin saber bien si estoy en alguna clase de sueño o lo que veo es real.

-Ya volví- asegura. Al ver que no respondo dice: -. Vaya, creí que te emocionarías al verme.

- ¡No, no! Lo estoy- digo poniéndome de pie, contrariada-. Me da mucho gusto verte, Wilson.

-Pensé que te lanzarías sobre mí como una loca- dice -. Supongo que te he pillado demasiado adormilada.

Abro la boca para decir algo, la vuelvo a cerrar porque me parece una clase de broma. Estaba soñando con Shane, con que todavía me quería. Nos vi en un lugar tranquilo, alejados de todo. Parecía tan real, lo sentí. Y Wilson me ha despertado del mejor sueño que he tenido en meses. Resulta que él es quien vive en mi realidad y lo siento como un extraño sueño.

- ¿Ni siquiera un abrazo? -. Murmura abriendo los brazos.

Hay una especie de conexión en mi cabeza. Shane fue un sueño, Wilson es real. Ha vuelto y está vivo. Se supone que fue la más grande de las preocupaciones que tuve en estos días. Sonrío, camino hasta él y lo abrazo.

-No sabes lo preocupada que me tenías-. Le digo con sinceridad.

-Eso está mucho mejor-. Contesta con una risa.

Me sostiene con fuerza, siento como mis pies se levantan del suelo. Comienza a moverse y a darnos vueltas por la habitación. Le pido que me baje, él se ríe. Quiero decirle que me recuerda a Shane, que eso es algo que solo Shane hacía conmigo.

-Bien, ya basta-. Digo intentando poner una sonrisa.

Me baja sin dejar de abrazarme. Intento separarme, no puedo; estoy atrapada en su abrazo. Siento como me respira en el cabello.

- ¿Te encuentras bien? -. Inquiero extrañada.

-Solo te extrañé.

-Vale, yo también te extrañe.

Antes de alejarse por completo me deja un beso en el pelo, después me lo despeina.

- ¿Cuándo han vuelto? -. Pregunto intentando saber más sobre la misión.

-Anoche, ya era bastante tarde, seguramente estabas dormida.

- ¿Y lo han conseguido?

-Precisamente he venido por ti. Es momento de que los conozcas.

Pone su mano en mi espalda incitándome a salir. Miro por la ventana y me doy cuenta que aún está oscuro.

- ¿No es bastante temprano? -. Le digo.

-Sí, pero hemos tenido algunos problemillas con los invitados. No han dejado de gritar y la mujer no para de llorar. Creí que tu podías hacer algo para calmarlos.

- ¿Yo?

-Eres una chica y...

- ¿Qué quieres decir con eso? -. Pregunto arrugando la frente.

En vez de molestarse por mi resistencia le veo esturar las comisuras.

- Lo que quiero decir es que tienes más tacto que un montón de hombres de mecha corta.

SANGRE RUDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora