ciento dos.

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Después del después.

Siempre creí que mi vida era difícil y una mierda, hasta que mamá después de dos meses de recuperación en el hospital, cuando por fin pudo deshacerse temporalmente del respirador artificial que suministraba aire a sus pulmones; me contó su historia. Esa que siempre le dió vergüenza ante el mundo, lo que le apenaba ser ante la sociedad. Entonces, despues de escuchar su triste relato, me callé mis pocas desgracias y dejé de quejarme para siempre.

Steffany Taylor nació justo en medio del caos, cuando Nueva Ángeles estaba en medio de su estado más criminal. Años atrás la cárcel había sido liberada de sus presos menos inquietantes y se habían asentado en las afueras de Los Ángeles. Excluídos y condenados a vivir en la miseria. Hasta que esos presos y presas comenzaron a reproducirse rápidamente. La devastación llegó justo cuando mamá nacía. El apellido Taylor es gracias a mi abuelo, del que nunca supe hasta ahora; era un ladrón de baja ralea, apostador y en alguna ocasión, asesino accidental. La abuela por otro lado era la hermana de uno de los amigos del abuelo, falsificador y estafador de medio tiempo. Era cabaretera en su antiguo pueblo y lo primero que hizo cuando llegó a Nueva Ángeles fue trabajar en uno de los creciente tugurios. Ahí fue donde conoció al abuelo.

En realidad mamá nunca tuvo muchas oportunidades. Ella lo supo desde el primer momento en que tuvo conciencia de su realidad. Su padre se volvió un alcohólico que nunca pudo ni quiso hacer el esfuerzo por pagar sus estudios. Cuando Steffany cumplió doce años, la familia Taylor entró en una fuerte crisis; pues debido al vicio de su padre; las cuentas, facturas y deudas se hacían cada día más grandes en la casa. El salario de la abuela no alcanzaba para comer, así que cuando tenía trece llevaron a mamá a la taberna, donde servía como camarera. Desde entonces nunca pudo salir de ahí, las deudas acumuladas pasaron a ser suyas cuando el abuelo enfermó gravemente y ella tubo que pedir un préstamo al dueño del bar. El abuelo falleció de igual manera, así que su sacrificio no le sirvió de nada. Seis meses después murió la abuela. Mamá dice que posiblemente a causa de tristeza.

Mi madre quedó empeñada con el dueño del bar por lo que pensó sería una eternidad. Hasta que años después mientras servía tragos conoció a un muchacho en la cantina. Alto, cabello castaño, de ojos azules fuertes. Le electrizaba la piel solo de cruzar miradas. Pensó que probablemente sería algún forastero al que no se toparía de nuevo, pero en realidad Christian nunca le dijo a Steffany que era el hijo del director de la preparatoria que hace poco se había inaugurado. El realidad él nunca quiso pasar a hacerse cargo de Washington, su hermano mayor era quien llevaba el mando, pues su padre se encontraba ocupado con otros negocios. Desafortunadamente su hermano falleció, lo cual le obligó a venir a cubrir su puesto. Christian dice que le hubiera gustado ser médico, estaba a la mitad de su carrera cuando su padre lo sacó para que se conviertiera en el nuevo director.

La vida de Douglas era muy miserable en Nueva Ángeles, a pesar de tenerlo todo. Lo único que le hacía feliz era ver a mamá servir tragos. Iba todos los días a la misma hora, sin falta. Desde el primer momento en que la notó supo que una chica como ella no podía estar en un lugar así por gusto. Un mes después se ánimo a pedirle su número de teléfono y mas tarde la invitaría a salir.

Mamá dice que fue amor a primera vista.

"Nunca vi a un chico tan guapo en Nueva Ángeles, él lucía como un modelo de televisión" Dijo aquella tarde en el hospital.

Imagino que sí, en su edad actual el director se ve bastante bien. Nadie que lo conozca puede negar que es atractivo, imagino que en su juventud debió ser aún más guapo.

Mamá y el director comenzaron a salir en secreto, pues Douglas sabia los riesgos que implicaba que el mundo supiera que estaba enamorado de una camarera de bar. Todo mundo tachaba a las mujeres que servían tragos de prostitutas. Nunca nadie se detenía a preguntarles quienes eran realmente. Muchas al igual que mamá eran despreciadas cuando solo servían tragos en los bares.

SANGRE RUDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora