Has visto a Boba sin el casco cientos de veces. Ya no cuestionas la vista, simplemente has disfrutado de la revelación de sus hermosos rasgos.
Apenas lo hace durante las reuniones, con otras personas, no necesitan verlo. Francamente, tú tampoco, pero las personas con las que haces negocios se sienten intimidadas por su armadura. Solía ser. Ahora, cuando lo ves, simplemente se siente ... protegido. Sabes que es solo porque estás a su servicio, eres leal, de su lado. Pero ese es el único lugar en el que querrías estar cuando se trata de Fett.
Verlo sin su armadura por completo es a la vez una sorpresa y un placer. Su atuendo de civil es pulcro; la tela de su camisa se ajusta cómodamente a sus hombros; llama su atención sobre la fuerte constitución de su cintura, el ancho de él.
Parece estar sorprendentemente de buen humor. Está casi de incógnito en la cantina, sentado contigo y con Fennec y bebiendo spotchka. Los otros clientes también lo tratan como tal, sin su armadura, no con crueldad, pero lo están ignorando. Noche libre del jefe.
Cuando Fennec hace un comentario ingenioso, farfullas en tu vaso y parte de él salpica tu barbilla mientras te inclinas hacia adelante, tu mano se desliza hacia arriba para quitar las gotas. Y luego lo ves: está sonriendo y sus mejillas tienen hoyuelos profundos.
Nunca has visto una vista más dulce. No deberías mirar fijamente, pero no puedes evitarlo. Es impresionante.
Cuando sus ojos se elevan hacia los tuyos, y esa sonrisa permanece en su lugar, sientes que tu corazón late en tu pecho. Vagamente registra que Fennec coge la botella vacía de la mesa y dice algo sobre agarrar otra. Cuando tienes el buen sentido de mirar hacia otro lado, cuando te recuestas en tu asiento y empiezas a bajar los ojos, los dedos de Boba se enroscan alrededor de tu barbilla, manteniendo tu mirada fija en la de él.
"¿Ves algo que te guste, pequeña?"
