• Solo piensa en ello. Recogería una recompensa, todo esposado y forcejeando, y verías cómo maltrata al tonto indefenso. Y por alguna razón, aunque no puedas ubicarlo en este momento, algo en él te enciende.
• Y sus sentidos son demasiado agudos, demasiado entrenados para observar siempre el más mínimo detalle en cualquier escenario, y ve cómo subconscientemente aprietas las piernas cuando guía al pasajero condenado por las esposas a una celda de detención.
• Él también lo probaría, solo para ver si tiene razón. Ser un poco más rudo de lo absolutamente necesario: la voz bajó casi en un gruñido, y solo cedió cuando tranquilizó la recompensa. Y sonreiría bajo su casco cuando te viera retorcerte... sabiendo a ciencia cierta que esto te está afectando.
• Una vez que sabe que están inconscientes, saca otro par de esposas y juguetea casualmente con ellas mientras te mira a los ojos, seguramente sonrojándose. Y siendo el idiota engreído que todos sabemos que puede ser, inclinaría ese maldito casco y te miraría a los ojos mientras esa voz conocedora atraviesa el silencio, "¿Qué pasa, princesa?"
• Y tu rubor sería un delatador cuando se pasee hacia ti, con las esposas en sus manos enguantadas, el casco inclinado hacia un lado mientras te enjaula entre sus brazos. "¿Qué pensamientos sucios están corriendo por esa linda cabecita tuya?"
• (Eso sí, él nunca te pondría en una situación sin discutirlo primero. Definitivamente no sin tu consentimiento. Pero sí creo que estaría interesado y con el tiempo, se sentiría cómodo explorando eso con su pareja. )
• Pero no me sorprendería si te encontraras esposada y apoyada contra una pared, totalmente a su merced mientras está enterrado entre tus piernas, y aun así él se aseguraría atentamente de que sintieras nada más que placer mientras toca tu cuerpo como un instrumento que conoce tan bien...